Comunicado
Tomado de FARC
Por Comando de Dirección de la Zona Veredal Transitoria Camarada Román Ruiz
El Comando de Dirección de la Zona Veredal Transitoria Camarada Román Ruiz de Santa Lucía, Ituango, Antioquia, comunica a la opinión pública:
Primero: Con profunda sorpresa hemos recibido la información de nuestro delegado en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación Local, camarada Fredy Ríos, acerca de una reunión del citado mecanismo celebrada en Santa Lucía, a petición del señor Teniente Coronel Hernán Gutiérrez, Comandante del Batallón Bajes, a la cual asistieron además de los integrantes del mecanismo, el delegado de la Oficina del Alto Comisionado de Paz, señor Carlos Galán, el Mayor del Ejército que presta seguridad a la Zona Veredal, señor Miker Macareno Chacón, y el propio coronel Gutiérrez, en la cual éste hizo irresponsables sindicaciones contra los integrantes de esta zona veredal transitoria de normalización.
Segundo: El señor Teniente Coronel Hernán Gutiérrez aseguró hablar en nombre del gremio de comerciantes de Ituango, quienes según él le habían expresado su cansancio con la existencia de la Zona Veredal, pues pese a creer que gracias al proceso de paz iban a vivir más tranquilos, esto no había sido posible ya que las FARC, y más exactamente los guerrilleros Agustín, Elmer y Molina les seguían cobrando un tal impuesto para la paz, es decir los seguían extorsionando. Lo más grave era que muchos de ellos se habían visto obligados a llevar las sumas a pagar a la propia Zona Veredal Transitoria de Normalización o a las partidas del bajo Ingles.
Tercero: A la inquietud expresada por todos los integrantes del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, del cual hacen parte además del delegado de las FARC los delegados gubernamental y de Naciones Unidas, en el sentido de que ni una sola persona se había acercado al mecanismo con el fin de hacer denuncia alguna en ese sentido, el señor Teniente Coronel expresó que los afectados le habían comentado que se abstenían de hacerlo debido a que en su parecer las FARC y las Naciones Unidas eran exactamente la misma cosa. Hay que agregar que el señor Teniente Coronel Gutiérrez no presentó ninguna prueba de su dicho ni hizo mención al nombre de alguno de los presuntos extorsionados.
Cuarto: No quisiéramos calificar de algún modo el proceder del señor Teniente Coronel Gutiérrez, tan parecido a las habituales campañas de desprestigio utilizadas contra nuestra organización en tiempos del conflicto. En nuestra opinión, su jerarquía militar le implica mayor responsabilidad a la hora de hacer denuncias que ponen en cuestión no sólo a los encargados de la seguridad en la Zona Veredal, a los integrantes del Mecanismo de Monitoreo y Verificación y a las FARC, sino al curso del proceso de dejación de armas y reincorporación a la vida civil, que con sobradas buena fe y seriedad nuestra organización ha cumplido ante los ojos del país y la comunidad internacional.
Quinto: Los mecanismos tripartitos de monitoreo y verificación fueron cuidadosamente protocolizados en los Acuerdos de La Habana, con el propósito explícito de verificar el cumplimiento de sus obligaciones por cada una de las partes durante el cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo. Es ante ellos que con las debidas pruebas debieran presentarse los denunciantes de cualquier irregularidad, y consideramos que así debió informarlo el señor Teniente Coronel Gutiérrez a los afectados de que habla. Su responsabilidad jerárquica en ningún momento lo exime del cumplimiento de Acuerdos pactados con la participación y supervisión del alto mando militar colombiano.
Sexto: Las FARC-EP, como lo constatará el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hemos cumplido a cabalidad con cada uno de nuestros compromisos. Somos una organización responsable y dispuesta a responder por cada uno de nuestros actos. Cualquier observador imparcial podrá concluir que una vez concentrados en la Zonas Veredales y Puntos Transitorios de Normalización, alrededor de los cuales existe un control militar total por parte de las fuerzas armadas colombianas, y expuestos a la supervisión pública del país y el mundo, mal podríamos pensar en faltar a la palabra empeñada. Sólo fanatismos ciegos pueden estar sindicándonos de realizar conductas que nos serían suicidas.
Respetuosamente solicitamos seriedad y responsabilidad por parte de todas las autoridades colombianas. Nuestra nación atraviesa por una hora decisiva y no puede permitirse que por actitudes precipitadas se ponga el riesgo la paz y la reconciliación que tanto dolor ha costado concretar.
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