Crónica Por María Méndez
Fundación Colombia Soberana
Oficina de Comunicaciones y Derechos Humanos CODH
Fueron muchas horas de viajé. No era gran problema para mí, mis pies piden caminos nuevos, exigen rutas ya recorridas o por recorrer, mis ojos nuevos paisajes, mi espíritu nuevos alientos.
La primera parada San Vicente del Caguán. Caliente, pequeño y hermoso como siempre, su gente me recibe con alegría y al verme sabe exactamente a dónde voy y para qué: al Diamante a la X Conferencia Nacional Guerrillera.
No todo podría ser alegría. Los soldados y policías, fuertemente armados, dan vueltas por las calles del pueblo con cierto halo amenazante “no pueden hacer nada, estamos en épocas de paz” me digo a mi misma intentando tranquilizarme.
Sin embargo parece curioso que incesantemente paren a jóvenes campesinos, principalmente los que calzan botas de caucho. Al ver que les toman los datos, los empadronan, mi instinto me dice que debo ver qué pasa, pero mi razón me detiene: Sería lamentable tene…
Fundación Colombia Soberana
Oficina de Comunicaciones y Derechos Humanos CODH
Fueron muchas horas de viajé. No era gran problema para mí, mis pies piden caminos nuevos, exigen rutas ya recorridas o por recorrer, mis ojos nuevos paisajes, mi espíritu nuevos alientos.
La primera parada San Vicente del Caguán. Caliente, pequeño y hermoso como siempre, su gente me recibe con alegría y al verme sabe exactamente a dónde voy y para qué: al Diamante a la X Conferencia Nacional Guerrillera.
No todo podría ser alegría. Los soldados y policías, fuertemente armados, dan vueltas por las calles del pueblo con cierto halo amenazante “no pueden hacer nada, estamos en épocas de paz” me digo a mi misma intentando tranquilizarme.
Sin embargo parece curioso que incesantemente paren a jóvenes campesinos, principalmente los que calzan botas de caucho. Al ver que les toman los datos, los empadronan, mi instinto me dice que debo ver qué pasa, pero mi razón me detiene: Sería lamentable tene…