Crónica Tomada de El Pacifista Por: Juan Camilo Maldonado Tovar Fotos por: Carlos Villalón El comandante nos mandó decir que alguien nos recogería frente a la tienda del caserío a mediodía, pero como llegamos dos horas tarde ahora no sabemos si van a venir por nosotros. Hemos pasado la tarde, la noche y la mañana sentados frente al kiosco de billar, cerca a un muro medio derruido con un stencil del Mono Jojoy, viendo cómo aparecen y se van en moto, uno tras otro, campesinos de mejillas coloradas y pinta común. Una, de gorra negra y camisa azul ceñida a los gordos de la panza, llega en su moto con un lorito verde sobre el hombro. Otro, serio, de bigote y camisa negra, entra al estanco, nos mira fijamente y sigue derecho sin saludarnos. Con cada rostro nuevo que aparece, yo dejo de respirar unos segundos. Llevo 18 horas esperando a que llegue el guerrillero de las FARC encargado de trasladarnos a su campamento, así que todas las personas qu...
La voz de los oprimidos