Análisis
Tomado de Café Stereo
Por Alberto Pinzón Sánchez
Al iniciarse el mes de junio del 2017, el llamado proceso de paz de Colombia ha entrado a depender de cinco variables que lo llenan de una total incertidumbre: tres de ellos internas; 1- Las dificultades oficiales en la implementación del Acuerdo de la Habana y el limitado avance del proceso de paz con el ELN. 2 -La persistencia y auge del narco-paramilitarismo colombiano y el exterminio, gota a gota, de dirigentes sociales populares. 3- Las elecciones presidenciales del 2018.
Y dos externas; 4- La reactivación de la agenda de la Drug War del gobierno Trump, y 5- La vidriosa situación en Venezuela.
Es decir que, dicho proceso social en lugar de avanzar hacia una estabilidad, la dinámica contradictoria en él contenida lo ha ido llevando hacia una incertidumbre mayor, a un desarrollo cada vez más complejo, más impredecible, o talvez, más violento.
El telón de fondo de tal escenario tiene como todo fenómeno social, materia e idea:
Lo material, es la “continuidad” y profundización en Colombia del modelo económico Neoliberal (con todos los adjetivos negativos y lacras sociales que conlleva, tales como depredador y destructor de la naturaleza, autoritario, militarista, violento, empobrecedor de la mayoría trabajadora, generador de desempleo estructural y de aberrantes desigualdades y exclusiones sociales, racista, machista, exterminador de minorías bajo la forma de limpieza social etc.)
La idea, muy arraigada en la conciencia social por el “santanderismo centenario” de la oligarquía hegemónica, es el fetichismo constitucional de considerar a la Constitución colombiana como algo inmodificable (105 años de la constitución clerical de 1886, apenas modificada hace 26 años, por el reconocimiento, en el papel, de algunos derechos humanos antes negados y, por el aperturismo neoliberal en la constitución del 1991 que permitió conformar el Bloque de Poder Contrainsurgente con su brazo armado auxiliar el narco- paramilitarismo y el desarrollo de la guerra contrainsurgente, presentada al público como guerra contra las drogas) Aversión a los cambios o modificaciones en el “fetiche”, que el actual gobierno de JM Santos, durante los diálogos de la Habana llevó al extremo con el fin de evitar, por todos los medios, una nueva asamblea nacional constituyente (ANC) que incluyera las nuevas realidades sociales surgidas. Un medio alterno fue el famoso Plebiscito refrendatorio. Otro, el llamado “fast track”, y un tercero, poner como Magistrados a “fichas santistas” en el interior de la corte constitucional para que defiendan la constitución.
Todo un escándalo con rasgada de vestiduras y arrancadas de mechones de pelo, porque la corte constitucional, el cancerbero oficial del fetiche, falló de acuerdo con la conciencia hegemónica y de acuerdo al fetichismo dominante:
“el cuadernillo de la constitución colombiana no se puede, ni se debe, modificar bajo ninguna circunstancia, ni siquiera citando el renglón allí escrito sobre la obligatoriedad de que la paz social, porque si no, dejaría de ser fetiche”
¿Qué sucederá o mejor cómo se resolverán cada uno de las 5 variables de la incertidumbre que se ciernen sobre el proceso de paz colombiano?
La respuesta a cada una de ellas es en sí misma una hipótesis que solo su resolución nos pondrá frente a la realidad.
1- ¿Se superarán las dificultades oficiales en la implantación del acuerdo de la Habana? Esperamos una respuesta positiva
2- ¿Se firmará un acuerdo de paz con el ELN? Esperamos una respuesta positiva
3- ¿Se desmontará el narco-para militarismo colombiano con sus financiadores narcos y contrainsurgentes, y, se suspenderá el exterminio gota a gota de los dirigentes sociales y populares? Esperamos una respuesta positiva
4- ¿Ganará la presidencia de Colombia en el 2018, una gran coalición por la paz y contra la corrupción? Esperamos una respuesta positiva
5- ¿Se negará el gobierno colombiano elegido en el 2018, a implementar “incondicionalmente” (una vez más) la política estadounidense de la Drug War? Esperamos una respuesta positiva
6- ¿Se sostendrán los Bolivarianos venezolanos en el Poder? Esperamos una respuesta positiva, también.
Pero….
¿Y si las respuestas son negativas, o hay una mezcla de respuestas positivas y negativas?
Para un marxista convicto y confeso no hay sino una respuesta cierta: la lucha de masas en sus más variadas formas es lo único que resolverá todas estas incertidumbres, conduciéndonos a otras nuevas. Es la dialéctica de la vida y del desarrollo de la materia y de las ideas, y a ella, habrá que atenerse.
Fuente Imagen internet.
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