Reportaje
VerdadAbierta.com conoció varios audios en las que presuntos integrantes del Batallón de Infantería No. 21, con sede en Meta, invitan a subversivos de las Farc a acogerse al plan de desmovilización del gobierno y les prometen incentivo económico por las armas que logren sacar. ¿Qué ocurre?
La zozobra que corre por el municipio de Mesetas se incrementó desde el asesinato de dos miembros del partido comunista. La población asegura que los grupos paramilitares están frecuentando la zona.
“Le habla Carlos, comandante aquí de la base, aquí de la Abril 12. Bueno mijo, los beneficios que ofrecemos son los siguientes: aquí inicialmente ustedes llegan y a ustedes se les da comida, se les da hospedaje, mientras se les legaliza la parte jurídica. Cuando me refiero a la parte jurídica quiere decir que no vayan a tener órdenes de captura por rebelión, asesinato, extorsión, etc., ¿por qué?, porque usted se está acogiendo el plan del gobierno que es el GAHD, el “servicio humanitario al desmovilizado”, que es un plan que paga el gobierno, lo paga directamente el Estado”, se escucha en uno de los audios suministrados a este portal por fuentes que solicitaron la reserva de identidad.
Quien habla, bajo el seudónimo de ‘Carlos’, también intercambia mensajes vía redes sociales con algunos de los guerrilleros que llegaron a mediados de febrero a la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) de Buenavista, en Mesetas, Meta. En los audios, quienes intervienen a nombre del Ejército invitan a los subversivos a que se acojan a los programas que tiene el Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado (GAHD), saquen las armas de los campamentos y suministren información del grupo armado.
“A ustedes se les va a guardar la absoluta reserva en la información que suministren aquí con nosotros y, fuera de eso, si usted tiene más gente que pueda traer hacia acá eso le beneficia a usted como tal. Es decir, si usted trae dos, tres o cuatro personas el plan de desmovilizados les paga esas personas que ustedes traigan hacia acá, esas personas se las paga por cada persona que traigan”, se escucha en otra grabación.
A ello se suma la denuncia hecha por algunos miembros del Secretariado de las Farc a mediados de febrero de este año en Bogotá, en la que aseguraron que dentro de esta Zona Veredal encontraron a un militar activo, vestido de civil, realizando labores de inteligencia. En dicha oportunidad, el jefe guerrillero ‘Carlos Lozada’ afirmó que era inaceptable que en tiempos en el que el proceso requiere mayor apoyo para su implementación existan instituciones del Estado que lo quieran torpedear.
“Desde que llegamos acá a la Zona, el pasado 6 de febrero, hemos presentado varios altercados con el Ejército. Uno de ellos, la actividad de inteligencia militar que realizó un soldado vestido de civil al interior del campamento, violando los protocolos establecidos por el Mecanismo de Monitoreo y Verificación. El otro, el presentado con varias unidades que han incitado a desmovilizarse, aduciendo a engaños y mentiras”, aseveró, para este portal, José Manuel Sierra, conocido como 'Aldinever Morantes', comandante de la ZVTN y miembro del Estado Mayor del Bloque Oriental de las Farc.
Para 'Morantes' la violación de los protocolos acarrearía una sanción, pero como no se conoce ni se divulga no es factible que se aplique. Aseveró que en ningún momento dentro del campamento tomaron alguna determinación frente a la presencia del militar para no violar los protocolos acordados, que lo dejaron hacer lo que iba a hacer, “inteligencia”.
Desde hace dos semanas no se ha vuelto a presentar algún inconveniente con el Ejército, como lo han contado algunos de los comandantes en la Zona, no obstante, la preocupación crece en la medida que avanza el proceso y se siguen presentando inconvenientes de seguridad.
De desertores a informantes
Antes de la Décima Conferencia de las Farc, realizada en septiembre del año pasado, se empezaron a dar disidencias al interior de esa guerrilla. Foto: Ricardo Cruz.
A varios combatientes de las Farc concentrados en esta Zona Veredal los han contactado por redes sociales gracias a la información que han suministrado desertores de la organización insurgente, entre ellos Maricela Escobar Ayala, quien, además, les cuenta por esos medios a los subversivos que hizo parte de las Farc y ahora quiere ayudarlos a que salgan de la Zona y no se perjudiquen por el proceso de paz.
La influencia del Ejército comienza en diciembre de 2016, cuando los distintos frentes guerrilleros llegaron a Mesetas a ubicarse en el punto de preagrupamiento en la vereda ‘El Tigre’, fase anterior a la concentración en la Zona Veredal. En aquella vereda, ‘Yurleni’, una de las combatientes de las Farc, tomó la decisión de desertar tras entablar contactos con otra desmovilizada. Una vez fuera de las filas, la subversiva facilitó detalles al Ejército para que contactaran a otros militantes que querían salir de los campamentos.
En la segunda semana de febrero, otro guerrillero, conocido como ‘Alexis’, también decidió desmovilizarse de manera individual tras haber tenido un problema sentimental con su compañera en la Zona Veredal. Él, al igual que ‘Yurleni’, entregó datos de quiénes estaban concentrados en Mesetas.
En un intercambio de audios, ‘Alexis’ le cuenta a uno de los guerrilleros del campamento que se encuentra bien, que le han dado hospedaje y alimentación en el Batallón N. 21 y que debe esperar al menos un mes para que le resuelvan la situación jurídica para así poder iniciar con el programa de desmovilización.
“Lo que es la reinserción todavía sigue vigente, ¿si me entiende? Uno se desmoviliza y le dan garantías, le dan ropa, estudio salud, en este momento pues la familia la hacen venir. Pues las cosas son así, de todas maneras, si se quiere venir, diga cómo es y pues lo recogemos”, aseguró ‘Alexis’, el desertor.
Uno de los motivos que tomó este guerrillero para desertar fue las condiciones en que se encontraba la Zona Veredal y el atraso en general del proceso. “De todas maneras estoy aquí bien, contento, porque en realidad yo la paz no la veo como buena. ¿Cuánto ya llevamos ahí?, como mes y medio y no han construido nada, no han hecho nada. Acá donde estoy, estoy bien viejito”.
Sus compañeros dicen que se debe a un plan de inteligencia del Ejército, mediante el cual bajo engaños lo sacaron de la Zona Veredal y ahora lo utilizan para buscar información de los distintos integrantes que están concentrados allí en Mesetas y ofrecerles el proceso de reinserción a la vida civil que tiene el Ejército.
VerdadAbierta.com habló con ‘Jean Carlo’, ‘Nataly’ y ‘Rodrigo’, tres guerrilleros de la Zona Veredal de Mesetas, a quienes les ofrecieron el plan de desmovilización, 500 mil pesos por cada guerrillero que ayuden a salir y entre 3 y 20 millones de pesos por cada arma que entreguen; todos ellos coincidieron en asegurar que la campaña que se adelanta en el departamento en contra del proceso de paz llega al punto de decir que las garantías del acuerdo se van a perder cuando se terminen las zonas veredales, que se supone van hasta el 31 de mayo de próximo solamente.
“Están atentando contra del proceso”
Al interior de la zona veredal los guerrilleros siguen estudiando a fondo los acuerdos para evitar que bajo engaños sigan tratando de convencerlos de abandonar las filas Foto: Andrés Celis
A ‘Nataly’ la contactó Maricela Escobar Ayala, en primera instancia, a través de la red social Facebook; luego, vía celular, empezó a comentarle sobre los planes de desmovilización individual, los beneficios y las recompensas por armamento que da el Ejército.
La primera parte del plan suponía que la guerrillera fuera a un hogar de paso, donde recibiría alimentación y atención en salud, mientras le sacaban la cédula y le miraban el pasado judicial, para luego acogerse a un plan de estudios y resocialización.
Según la guerrillera, el ofrecimiento también supone que a quienes quieran desertar se les recoge en un vehículo particular en lugares aledaños a la Zona Veredal para no comprometer directamente al Ejército y para evitar levantar sospechas, así quedó registrado en uno de los audios.
“Si es por el día perfecto, yo cuando esté por ahí cerquita a la escuela, pegadita un poquito, yo le digo hasta donde suban un poquito, porque usted sabe que yo a la escuela no me puedo meter porque ahí mantienen metidos de civil. Ojo, usted es la que está allá y saben si pueden salir por ese momento o no, usted es la que sabe mija. Si pueden sacar lo que le dije hágalo, si no, no hay problema”.
A ello se suma, según la guerrillera, que en el mismo Ejército dicen que van a manipular los protocolos, que lo hacen en carros particulares para no comprometer a la institución: “la insistidera es para que les ayudemos a que varios sepan y así se arme una cadena dentro de la Zona para que sean más los que al menos les suene la idea de irse”.
Por su parte, ‘Jean Carlo’ comentó que lo contactaron días después que un amigo suyo se desmovilizara terminando el mes de enero. La propuesta que le hicieron fue más directa: por cada guerrillero que logre sacar del campamento le iban a dar 500 mil pesos como parte inicial, una vez afuera le completarían un millón de pesos por cada desertor.
“Nos dicen que cuando pasemos a movimiento político no vamos a tener los beneficios que han ofrecido el gobierno en el acuerdo de paz, que eso es mientras estamos en las zonas veredales, entonces que la solución es irse donde están los demás desertores. En sí dicen que todo ha sido un engaño y que no nos van a cumplir”, aseveró el insurgente.
Con lo que no contaron los militares fue que algunos de los guerrilleros contactados dieron aviso a sus mandos superiores y no borraron las grabaciones de sus celulares, como en varias oportunidades se les pidió que lo hicieran. La decisión de los comandantes fue seguir sacando información y averiguar el origen de las llamadas.
“Yo pregunté que si se podía cambiar de departamento, y que si nos daban plata extra. Me dijeron que sí, que nos colaboraban con pasajes y nos ayudaban a ubicarnos con la familia si así lo quisiéramos. Que donde fuera también nos garantizaban el estudio”, sostuvo ‘Jean Carlo’.
Con ‘Rodrigo’ hablaron de dinero y armas, uno de sus amigos desertores, quien se encuentra recluido en el Batallón de Granada, Meta, le dijo que mensualmente le iban a dar, por un periodo de dos años, 620 mil pesos mensuales, así como vivienda y estudio, que sólo estaba a la espera de definir la situación jurídica. Pero que debía ayudar a sacar armas de la Zona Vereda y avisar de posibles combatientes que quisieran desertar.
“El negocio es que uno saca el arma y ellos evalúan que tan buena o mala esté, entonces pueden dar desde 3 millones hasta 20 millones, sólo hablando de fusiles, por el otro material de guerra casi no se pregunta. Es más fácil de encontrar en el mercado. El riesgo es de quien se atreva a sacarlas”, comentó.
Lo que ocurre en la Zona Veredal es una práctica que no es nueva. Desde antes de la Décima Conferencia de las Farc, realizada a mediados de septiembre en los Llanos del Yarí, se venían presentando brotes de disidencias, las cuales se consolidaron meses después de terminado ese encuentro de la dirigencia guerrillera.
Una de las disidencias más conocidas es la del Frente Primero, al mando de ‘Gentil Duarte’, a quienes se les sindica de haber robado más de 2.000 millones en efectivo, armas y material de guerra.
¿Armas para el mercado negro?
No sería la primera vez que los militares estarían involucrados en la venta de armas, durante el proceso de paz con los paramilitares, centenares de armas fueron vendidas en el mercado negro con apoyo de militares activos. Foto: archivo Semana
VerdadAbierta.com conoció que en el mercado negro los precios de las armas varían dependiendo qué tan usadas estén. Los fusiles, por ejemplo, si tienen un uso de más del 70%, valen menos de ocho millones, un 50% de uso 10 millones y uno que esté prácticamente sin usar puede alcanzar los 15 millones. Por las ametralladoras, entre 80 y 100 millones si está nueva, en el país, una de las que más se comercializa es la M-60.
Pese a que la zona ha sido uno de los epicentros de la guerra, tras la concentración de las Farc aumentaron el número de hombres armados y grupos armados ilegales. A ello se suma que, según el más reciente estudio de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), ese departamento presenta potencial para deserciones y disidencias de integrantes de las Farc.
La ubicación geográfica del departamento lo convierte en un punto estratégico para conectar el centro con el sur del país. Como ya lo había advertido la FIP, en el departamento de Meta hay presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), en especial en Mesetas y Vista Hermosa, y la banda de Los Puntileros o Bloque Meta.
Lo que llama la atención es que hace unos meses, según denuncias de organizaciones sociales y partidos políticos, aparecieron panfletos con amenazas a líderes sociales y ya han ocurrido algunos asesinatos selectivos. Los más recientes fueron de dos militantes del Partido Comunista Colombiano, a quienes sicarios ultimaron en una carretera del pueblo y en una finca.
El temor de los habitantes no es menor. Pablo*, un investigador que ha trabajado en el territorio más de 20 años, asegura que el tráfico de armas se disparó desde que se anunció el Acuerdo Final de La Habana. A su juicio, el negocio aumentó en el oriente y sur del país por la premura del tiempo, antes de que sean entregadas, en su mayoría, a la ONU, como parte del proceso de dejación de armas.
“El negocio es lucrativo para todos, tanto para el guerrillero que quiera desertar con armas, como para el militar que las vende o el narco que las compra. Ya pasó en Guaviare, no es raro que el tráfico de Meta vaya dirigido más al sur, es donde se están armando los grupos para controlar el narcotráfico y los territorios que dejó el Bloque Oriental y Sur de las Farc”, sentenció el investigador.
La problemática que se concentra en el departamento es que las armas que han salido de los distintos campamentos refuercen los crecientes grupos paramilitares en la región y con ello se desate una nueva oleada de violencia, en especial, en aquellos departamentos donde históricamente han sido corredores del narcotráfico.
Para los guerrilleros de base, sus compañeros desertores fueron engañados y ahora no van a poder acceder a los beneficios. Para todos es claro que la desmovilización individual nunca va atraer mejores posibilidades de resocialización que el actual acuerdo, por lo cual creen que la estrategia del Ejército es más de conveniencia que de ayuda con ellos.
“Lo que uno se pregunta es por qué si estamos ya en la fase de implementación, el Ejército aún continúa en su lógica de guerra, buscando mediante infiltración sacarnos información y buscando hacerle daño al proceso. Están atentando en contra del proceso, no hay duda. Y peor aún, nadie dice nada, vea lo de los precios de la comida, un escándalo que duró un día por mucho y ahora esto. No se ve buena voluntad por parte de ellos”, concluyó 'Morantes', el comandante de la Zona Veredal de Mesetas.
* Nombre cambiado por petición de la fuente
Nota de la redacción:Para contrastar los testimonios y obtener la otra versión de los hechos, VerdadAbierta.com por más de semana y media intentó hablar con el Batallón de Infantería No. 21, Batalla Pantano de Vargas, el encargado de la base Abril 12, pertenecientes a la Séptima Brigada del Ejército, sin éxito alguno.
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