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Por Semana
Un testigo que declaró durante el juicio que se adelanta contra el coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo por su presunta participación en el crimen reveló nuevos detalles del asesinato del periodista.
El asesinato del periodista y humorista Jaime Garzón, ocurrido el 13 de agosto de 1999, es uno de los episodios más dolorosos en la historia de Colombia. Han paso 17 años desde su muerte y el caso continúa en la impunidad.
Sólo en el 2004 la justicia dio los primeros pasos para esclarecer los hechos y acusó al jefe de las Autodefensas, Carlos Castaño, de ser el determinador del crimen.
Hasta el momento, por este hecho están siendo procesados judicialmente al exsubdirector del DAS José Miguel Narváez y el coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo, excomandante de inteligencia de la Brigada XIII. El primero habría sido el determinador de la muerte del humorista, el otro está siendo procesado en calidad de coautor.
Precisamente durante el juicio que se adelanta contra el oficial retirado, se conoció otro capítulo sobre el crimen. Uno de los investigadores de la época, Ender Olejua, quien fue uno de los testigos de la Fiscalía en el proceso, manifestó ante el juez séptimo especializado de Bogotá que, según las investigaciones que se llevaron a cabo en ese tiempo, Jaime Garzón sabía que lo iban a asesinar.
Según el testigo, al conocer esto, Garzón se comunicó con Castaño para saber qué ocurría. “Logramos conocer que Jaime había entrado a la cárcel La Modelo y ahí tuvo contacto con Gaitán Maecha, alias la ‘Ruana’. Él era un hombre cercano a Carlos Castaño. Tenía un radioteléfono con el que se comunicaba con Castaño. Garzón habló con Castaño y este último le dijo que no pasaba nada”, dijo Olejua.
Agregó que aunque el exjefe paramilitar le aseguró eso al periodista, “parece ser que la orden ya estaba dada”.
Pero esta no fue la única revelación del investigador. La otra tiene que ver con la presunta participación de las Fuerzas Militares con la orden de asesinar a Garzón.
Durante la audiencia se habló de una “junta militar” para discutir el caso del periodista. Al respecto, Olejua dijo: “Se reunieron algunos militares y de ahí salió la orden para que Carlos Castaño hiciera el mandado”.
En relación con esta afirmación, el abogado del coronel (r) le preguntó tres veces al funcionario que estaba en el estrado si las AUC recibían órdenes de la cúpula militar. Después de divagar un poco, en la tercera ocasión este último respondió con un sí.
Las declaraciones del investigador soportarían la hipótesis de la Fiscalía, que en el mes de marzo informó que consideraba la posibilidad de que el caso del asesinato de Jaime Garzón fuera el resultado de una alianza entre paramilitares y militares, razón por la cual se trataría de un crimen de Estado.
Miedo
Durante la diligencia judicial, los abogados representantes de las víctimas solicitaron al juez que se ordenara a la Fiscalía incluir en el programa de protección de testigos al declarante. Incluso, manifestaron que el investigador tenía temor de testificar en este juicio.
Por su parte, el investigador expresó que en el asesinato de Jaime Garzón había “intereses oscuros”, pues varios de los funcionarios que han hecho parte del caso habían recibido amenazas, por las que varios de ellos han tenido que salir del país.
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