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Tomado de Pacocol
Por Zabier Hernández

Tres años de negociaciones donde hubo momentos difíciles, pero son más los que han brindado confianza, avances y esperanzas de una paz definitiva y duradera. Con los anuncios que harán las partes de la Mesa de Dialogo en la Habana dentro pocas horas, se sella la irreversibilidad del proceso y se abren los caminos de los grandes retos venideros de la agenda pactada en el texto del Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera firmado el 26 de agosto de 2012.
Son muchas las decisiones complejas y positivas que en estos tres años se han tomado. Los acuerdos que hoy puede mostrar este proceso como ningún otro en la historia de los diálogos den nuestro país, son El acuerdo sobre tierra y territorios, el acuerdo sobre Participación Política: Apertura Democrática para construir Paz, Acuerdo sobre Solución a las Drogas Ilícitas, Comisión de Esclarecimiento de la Verdad sobre los Orígenes del Conflicto, acuerdo de agilizar el diálogo en la Habana y desescalar el conflicto Colombia (Comunicado Conjunto del 12 de julio de 2015), acuerdo sobre descontaminación de los territorios de artefactos explosivos (experiencia piloto del Orejón), acuerdo sobre búsqueda y verdad sobre personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto y la creación de unidad especial de búsqueda de desaparecidos (Comunicado Conjunto # 62 del 17 de octubre de 2015), y el este último, punto quinto de la agenda, acuerdo que se anunciará hoy al país sobre Víctimas, Justicia Transicional y Jurisdicción Especial para la Paz, de hecho, catalogado por muchos como el más difícil y complejo de la agenda.
Lo cierto es que los acuerdos finales que serán el contenido general de la firma final, sobrepasará las expectativas del inicio de este proceso. Los acuerdos identificados hasta ahora suman nueve, que junto al que falta, punto tres de la agenda, Fin del Conflicto, que incluye, Cese Bilateral del Fuego, Dejación de Armas, verificación y Garantías de Seguridad para los excombatientes y la nueva fuerza política, así las cosas , realmente estamos hablando de 13 puntos de acuerdos como resultado del dialogo y la negociación.
Pero no solo son los acuerdos ya firmados y lo que hoy se anunciará como parte de los contenidos, es también y de manera especial por parte de las FARC-EP, (el gobierno nacional sigue en deuda con Colombia en materia de cambios en su política neoliberal y de guerra), la demostración en terreno y en la práctica de esa voluntad férrea de paz, baste recordar que poco antes de iniciar estos diálogos el Comandante Alfonso Comandante de las FARC-EP, fue asesinado por orden del actual presidente Santos, razón suficiente para detener las conversaciones exploratorias, pero no fue así, las FARC-EP colocaron por encima de su dolor y rabia, el interés nacional y la búsqueda de sagrado derecho de los colombianos a la paz. La decisión que lleva un poco más de un año del Cese Unilateral del Fuego por parte de las FARC-EP, que en el caso de Nariño y el resto del país arroja disminuciones de más de 90% en hechos violatorios de DH y de afectación a la población civil y comunidades, soportando el asedio de la fuerza pública. Luego debemos recordar los más de cuarenta mandos medios y nacionales de las FARC-EP, muertos de manera inerme por las bombas lanzadas en Guapi Cauca por el ejército nacional por orden del presidente Santos.
Y las FARC-EP siguen allí dando muestras de esa férrea voluntad, Timoleón Jiménez ha dado órdenes de suspender el reclutamiento a menores, suspender la compra de armas y orientando un proceso de formación política para la paz de sus combatientes. El más reciente acto de demostración de ese compromiso con la paz ha sido darle la cara a la comunidad y las víctimas de Bayajá, “ojala alguna vez seamos perdonados” expreso Pastor Alape a nombre de la organización guerrillera.
Sin duda hay preocupaciones las más grave es el rearme y la reestructuración del paramilitarismo en varias zonas del país, la intensión clara de avanzar en el modelo extractivo de minería aprovechando el supuesto debilitamiento de las resistencias armadas y sociales en los territorios, la agresiva actitud el altos mando del ejército en connivencia con el uribismo para oponerse a la fase de refrendación e implementación de los acuerdos, la tendencia a la militarización de las ciudades dándole al ejército funciones cívicas y de policía y la perniciosa e histórica intervención de los Estados Unidos en la soberanía colombiana y que alienta un proceso de contrarrevolución en América Latina.
Pero esto será solo un mal recuerdo si la sociedad colombiana que quiere la paz se une y lucha por su derecho a ella. De las tres fases que tiene todo el proceso, primera, formulación y aprobación de contenidos en los acuerdos, segunda, refrendación y aprobación por la sociedad colombiana y tercera, implementación de los acuerdos en los territorios, parece que terminaremos a mediados del año 2016 la primera. En la segunda no hay que confundir las decisiones unilaterales de Santos y de su bancada de unidad Nacional en el congreso que aprobó un plebiscito refrendario con la Constituyente Nacional hecho que se constituye en un proceso de refrendación política pero que no brinda garantías ni seguridad jurídica a los acuerdos, esta seguridad jurídica la brindará el hecho de que todos los acuerdo firmados encuentren expresión concreta en leyes que una vez revisadas por la Corte Constitucional serán de obligatorio cumplimiento, además de la movilización social y popular en defensa del cumplimiento de los acuerdos. La izquierda y los sectores que estamos por la paz tendremos que decidir en cuanto al plebiscito y seguro trabajaremos por el si, lo que no quiere decir que renunciemos a la Constituyente Nacional que no solo asuma los acuerdos de Paz como hoja de ruta, sino, que asuma el liderazgo de los cambios estructurales, democráticos y del modelo que necesita el país. Y la tercera, fase de implementación es la más dura, compleja y de mayor alcance en el tiempo. Sera el escenario de la batalla democrática por la dirección y cambio del modelo, en ella se pondrá a prueba y no tendrán cómo eludir, el compromiso real del gobierno y del bloque de poder con la paz. Y allí en esta tercera fase será clave la unidad del pueblo, capaz de construir una fuerza tal que asumamos la dirección por la vía democrática del país para todas y todas en democracia.
Por todo esto, porque estamos ante el momento histórico de mayor trascendencia en más de 200 años de vida institucional, no hay espacio para el pesimismo. Con los anuncios de hoy como muestra de la irreversibilidad del proceso, la lucha por la paz y la unidad del pueblo se vuelve un imperativo al acercarse la paz duradera y definitiva
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