Opinión
Colombia Soberana
Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
Isaac Newton
Se inicia una nueva oportunidad para la paz. La paz en Colombia, tan solo la frase me estremece y me alegra, pero ¿qué tanto podemos confiar?
Recuerdo varios intentos de “diálogos”, el más reciente hace unos 12 años, El Caguan. Nos animamos, toda Colombia se pegó a las pantallas de televisión los fines de semanas, los que pudieron ir fueron, los que no aplaudían desde sus casas con esperanza en el nuevo mañana.
Esto pasaba hasta que el gobierno Pastrana acuñó una desagradable frase “esto no es negociable” entonces la repartición justa de la tierra no fue negociable, la explotación minera a favor de los colombianos no era negociable, la legalización de la droga no era negociable, la sustitución de cultivos no era negociable, la participación política para las FARC y el pueblo en general tampoco fue negociable… y así se quedaron las cosas, nada era negociable, lo único posible era la entrega tipo M-19… y ni eso era negociable.
En ese tiempo se pusieron tantos obstáculos al proceso… que no era realista una agenda tan grande, que miren que no era suficiente que las FARC liberaran 300 soldados y policías, que mataron a aquel ¿fueron las FARC?, que El Mono no era diplomático, que Raúl era bastante diplomático, que Marulanda hablo, que Romaña se murió, que no se murió, que secuestró, que Buendía estaba acordonando Bogotá, que mentiras que no, que aterrizó un avión en El Caguan, que se quemó una torre, que Julián cantó… en fin, en medio de tantos peros a nada se iba a llegar y no se llegó.
Lastimosamente, en esta nueva oportunidad de diálogo, quiero llamar la atención sobre un hecho que se vuelve una característica típica de estos procesos. Cuando están iniciando y en medio de la euforia, como siempre ha sido una de las banderas de las FARC la participación política, la gente se comienza a unir, se siente tranquila de pensar y opinar diferente, tiene la sed rotunda de expresarse y pedir que su voz se oiga en la mesa, siente esa energía recorriendo su alma y gritando ¡soy colombiano, tengo voz, quiero derechos! Ahí es donde pasa lo que todos sabemos, asesinatos, desapariciones y encarcelamientos.
Abran bien los ojos, ya está ocurriendo otra vez muertos y encarcelados en el Cauca, masacres en Antióquia estigmatización y persecución de la Marcha Patriótica y represión política es el inicio de una nueva ola de masacres del terrorismo estatal y paraestatal.
Pero tenemos una oportunidad, siempre han logrado dispersar las masas, pero nunca acabaran la sed de libertad, es por eso que esta vez nos tenemos que unir más y sin temor, salir a usar la llave de la paz que solo la tenemos nosotros los colombianos de a pie, los que sufrimos, los que alimentamos la economía, los que realmente movemos al país.
Los hombres construimos demasiados muros, tiene razón Newton, pero no podrán construir los suficientes para encarcelar a todos los colombianos.
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Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.