Cuando las víctimas son victimarios y los victimarios son víctimas. Criminalización de los sectores populares
Opinión
Colombia Soberana
Alianza de Medios por la Paz con Justicia Social (AMP)
La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.
Platón
El constante abuso de la represión brutal en Colombia no es nuevo. El uso de las guerras contantes a principio de siglo, las masacres a los campesinos, las pacificaciones tanto rurales como urbanas, la “bestializaciòn” de las fuerzas militares contra la población civil, los “falsos positivos” y la criminalización del acto de exigir nuestros derechos son algunas de las formas utilizadas como política de estado.
Sin embargo, aunque la evidencia es aplastante, la historia es de los que poseen los medios, y en este aspecto los mass medias han servido para encubrir masacres, falsos positivos, engañar inadvertidos observadores y cambiar el pasado, así sea borrando de un plumazo la realidad.
Un ejemplo tan grande de esto es el descarado argumento que ha circulado los últimos años en el cual dicen que el exterminio de la Unión Patriótica fue hecho por los carteles del narcotráfico. Una historieta tan ficticia que sorprende aún al más joven muchacho medianamente informado sobre los tenebrosos años 90.
Esto ya causa nauseas, y sin embargo, aunque parezca imposible hay más. Cada día vemos cómo, de forma cínica los victimarios se convierten en víctimas y viceversa. ¿Cuántas veces las fuerzas armadas (ejército, policía e inteligencia) son causantes de tantas lágrimas, de tantas angustias, de tantas familias destrozadas? Y vemos que en unos meses los militares son convertidos en las víctimas de la “injusta población civil”, “la agresión del pueblo a las valerosas fuerzas militares”, “campesinos que escupen a los nobles hombres de acero que protegen nuestro país”
¿Cuántas veces el pueblo manifestante se ha visto golpeado y hasta asesinado en marchas u otras formas pacíficas de protesta? y sin embargo ahora, para proteger a la fuerza pública, resulta que los policías tienen todo el derecho de usar armas de "letalidad reducida" nombre rimbombante que significa que se pueden agredir físicamente a cualquier transeúnte. ¿pero luego ya no lo estaban haciendo? y como si esto no fuera suficiente, se hizo un proyecto de ley para cambiar el código de policía que implantaría un estado policial y casi fascista. Varios artículos son traídos de los cabellos hasta el punto de la hilaridad y otros tantos producen excesiva ira. Pero todos y cada uno de ellos causan indignación, asco y temor. Si aún teniendo las pocas libertades que poseemos vivimos como vivimos ¿Cómo será cuando aprueben este nefasto código?
¡Por favor! ¿Por qué cuando el pueblo se defiende o protesta es delito y cuando se arrasan las tierras, se masacra campesinos y mineros, todo para que las multinacionales exfolien y se roben lo nuestro, es una justa causa por la “defensa de los ciudadanos de bien”?
Pero no a todos pueden matar, y estas personas tienen que llevar a la espalda la dura carga, un triste destino, ya sea en las ciudades engrosando la dolorosa y vergonzosa fila de desplazados; en las guerrillas donde ven un lugar para defenderse honrosamente; o en cárceles como prisioneros inculpados, calumniados y sin siquiera ser reconocidos por el nombre que se les debe dar: prisioneros de guerra, prisioneros políticos, prisioneros de conciencia o víctimas de montaje judicial, según sea el caso de cada cual. Esta realidad es una parte escondida de nuestro país. En este caso no creo que sea positivo o medianamente lógico acoger el viejo adagio de “la ropa sucia se lava en casa”. Es imperativo abrir espacios de diálogo sobre esta situación y asistir a los ya destinados para ello.
Con este lamentable panorama, en el cual me he quedado corta al describir, se inician los diálogos de paz en la Habana entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC. Cabe anotar que estos puntos: tierra, represión popular y participación justa de la sociedad en general, han sido las banderas del gurpo insurgente desde su fundación, así que es demasiado desafortunado la posición actual del gobierno en estos ítemes. Sin embargo veo que este intento de diálogos es al que debemos apostar con todos nuestras fuerzas, pues es el escenario que se presta para poder rechazar con vehemencia el estado policial y la criminalización de los sectores populares, entre otras demandas y temas en los cuales el pueblo puede aportar como el más beneficiado con el cese del conflicto armado y como único poseedor de las verdaderas llaves de la paz.
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