Análisis
Colombia Soberana
María Méndez
María Méndez
El mundo está viviendo un proceso de cambio . Esta es una clara muestra de que el modelo económico, social y político capitalista ha fallado. Un modelo consumista y depredador del ser humano y del ecosistema no tiene un claro panorama del futuro, pues los pueblos y el mismo planeta no da más.
Los autodenominados países del primer mundo, se encuentran en una crisis total. El imperialismo empieza a mostrar profundamente sus debilidades. Estados Unidos tiene una deuda que prácticamente supera su PIB.
Grecia, España, Francia y Portugal tienen enormes deudas y bancarrota de multitud de empresas. Para "contrarrestar" estás situaciones los gobiernos aplican las fórmulas del FMI y BM, las mismas que han fracasado en los países del mal llamado tercer mundo: privatizaciones de las empresas de servicios públicos, de la salud, la educación y demás. Se ha tomado la decisión de recapitalizar para salvaguardar la banca, mientras el pueblo siente las inclemencias de estás políticas.
Los pueblos no toleran el extremo de miseria al que los están mandando. Se organizan, se mueven, se sublevan. En respuesta a esto los gobiernos responden con represión, los pueblos contestan rebeldía.
América Latina no se queda atrás. El cambio impulsado en Venezuela, Ecuador, Bolivía, Uruguay, Argentina y Brasil son un ejemplo a seguir para el resto de países de América Latina y el mundo.
Colombia, que cuenta con una de las oligarquías más recalcitrantes del continente, no es la excepción. El movimiento social que viene en ascenso nos da muestra de la inconformidad con el sistema capitalista y las políticas neoliberales.
El 2013 fue un año de bloqueos y masivas movilizaciones. Los paros cafetero, minero, el del Catatumbo, papero, cebollero y al final el aún vigente Paro Nacional Agrario y Popular son las más fuertes manifestaciones de inconformidad con el sistema, que solo reprime los manifestantes sin solucionar los problemas de las mayorías.
En este contexto, y sin olvidar los diálogos que se desarrollan en la Habana Cuba con la guerrilla de las FARC-EP, llegamos a la época electoral, con una ultra derecha reorganizada tanto políticamente con el partido Puro Centro Democrático, como militarmente con los grupos Uribeños que constantemente atacan los procesos como el de restitución de tierras.
Por otro lado tenemos los restos de los partidos tradicionales con sus políticas neoliberales y sus añejas promesas de siempre, que nos sería extraño que se unieran a los partidos de derecha y ultra derecha para saciar sus anhelos de poder.
Finalmente la izquierda adquiere un nuevo aire con la restitución de la personería jurídica de la Unión Patriótica, que se verá fortalecida si logramos la unidad de todos los sectores populares, así podremos acceder a cargos de representación popular dentro de un posible marco de seguridad y garantías para el ejercicio de la oposición política. Este sería el inicio de un camino democrático hacia la paz con justicia social
Colombia, que cuenta con una de las oligarquías más recalcitrantes del continente, no es la excepción. El movimiento social que viene en ascenso nos da muestra de la inconformidad con el sistema capitalista y las políticas neoliberales.
El 2013 fue un año de bloqueos y masivas movilizaciones. Los paros cafetero, minero, el del Catatumbo, papero, cebollero y al final el aún vigente Paro Nacional Agrario y Popular son las más fuertes manifestaciones de inconformidad con el sistema, que solo reprime los manifestantes sin solucionar los problemas de las mayorías.
En este contexto, y sin olvidar los diálogos que se desarrollan en la Habana Cuba con la guerrilla de las FARC-EP, llegamos a la época electoral, con una ultra derecha reorganizada tanto políticamente con el partido Puro Centro Democrático, como militarmente con los grupos Uribeños que constantemente atacan los procesos como el de restitución de tierras.
Por otro lado tenemos los restos de los partidos tradicionales con sus políticas neoliberales y sus añejas promesas de siempre, que nos sería extraño que se unieran a los partidos de derecha y ultra derecha para saciar sus anhelos de poder.
Finalmente la izquierda adquiere un nuevo aire con la restitución de la personería jurídica de la Unión Patriótica, que se verá fortalecida si logramos la unidad de todos los sectores populares, así podremos acceder a cargos de representación popular dentro de un posible marco de seguridad y garantías para el ejercicio de la oposición política. Este sería el inicio de un camino democrático hacia la paz con justicia social
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