Análisis Tomado de Semana Por Daniel Coronell El grupo, que incluía a varios oficiales y suboficiales, no solo cumplía labores de inteligencia sino que había montado una banda especializada en secuestros. Una asociación criminal entre militares activos, paramilitares y pistoleros de la banda La Terraza estuvo detrás del homicidio de Jaime Garzón. La Fiscalía tiene –casi– todas las piezas del rompecabezas y sabe cómo encajan. Hay evidencias que muestran que integrantes del departamento de inteligencia B-2 de la Brigada 13 del Ejército en Bogotá estuvieron envueltos en el asesinato de Jaime. Algunos de estos militares están prófugos y otros siguen activos y libres de cualquier apremio. Desde 1998, poco más de un año antes de su muerte, Jaime Garzón venía siendo objeto de seguimientos ilegales. Además, algunas de sus comunicaciones fueron interceptadas, sin orden judicial, con el propósito de armarle un proceso para señalarlo como un hombre de la guerrilla de las Farc
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