La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, enero 18 de 2014 “ Yo no tengo garantizado el derecho a la defensa; no me permiten enviar documentos a mi abogado ni a los jueces en Colombia, donde pruebo mi inocencia; eso lo tienen que denunciar mis compañeros ante la delegación del gobierno en La Habana. Ni siquiera me permiten hablar con el CICR” , así protesta Simón Trinidad, encadenado, desde el inframundo de la prisión de máxima seguridad de Florence, Colorado, Estados Unidos, ante un juez que lo procesa desde la ciudad de Neiva, Colombia. Diez años de infamia completa ya, confinado, tras las rejas del imperio, el destacado combatiente de las FARC-EP, sin doblegarse, sin quebrarse, y sin ningún pestañeo de duda en su conciencia, pese a los tratos crueles y degradantes a que ha sido sometido por las autoridades estadounidenses. Simón fue extraditado por la perfidia del ex presidente Uribe, comandante supremo de
La voz de los oprimidos