Análisis Tomado de El Espectador Por Alfredo Molano Bravo Hace medio siglo, cuando nacían las Farc y asesinaban a Kennedy, salió un libro explosivo, La violencia en Colombia, de monseñor Germán Guzmán, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna. El país vivía la violencia, pero no sabía de ella. Los medios oficiales no informaban y la prensa estaba amordazada. La obra salió gracias a Belisario Betancur —fundador de Tercer Mundo, que publicó el libro— y puso el dedo en la llaga: la violencia no era un enfrentamiento entre forajidos y el Ejército, sino un plan elaborado en el sótano de las oficinas de los gobiernos de Ospina y de Gómez para reducir al liberalismo, “monstruo horrendo de pérfido corazón masónico, garras homicidas y pequeña cabeza comunista”, usando la Policía, que desde el 9 de abril el régimen había chulavitizado al ser transformada en un cuerpo paramilitar. Cuando el libro salió, el presidente Valencia, de talante conservador, sacó tanques para prevenir un