Análisis Tomado de http://pazfarc-ep.org Por Alexandra Nariño Si tuviéramos que definir en una palabra el comportamiento y las actitudes del régimen colombiano, tanto en la mesa de conversaciones de La Habana como en territorio colombiano, esa palabra sería Intransigente. En el diccionario, intransigente es definido como “que no transige”. Transigir, a su vez, viene del Latín transigěre y significa “consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero, a fin de acabar con una diferencia”. Intransigente, por lo tanto, se podría definir como “dicho de una persona que no hace concesiones”. Y es esa precisamente la actitud del gobierno colombiano: intransigente. La élite colombiana se había montado en una película triunfante, pensando que habían “obligado” a la guerrilla a sentarse en la mesa, y que sería cuestión de meses, unas promesas vagas de leyes transitorias y – ojalá- unos bombardeos bien apuntados, para lograr su capitulación final. Los “noes” del gob