Tomado de Kaos en la Red Sumapaz, el páramo más grande del mundo, está sentenciado. Luz Marina López Espinosa Sumapaz, el páramo más grande del mundo, el preciado reservorio de agua donde nacen muchos de los ríos que bañan el país y constituyen una fuente de vida ya no sólo para nuestra nación sino para la humanidad, está sentenciado. Sumapaz es además la localidad rural de Bogotá, habitada por un conglomerado humano caracterizado por traer en su sangre una tradición de resistencia contra la ancestral violencia oficial que se ensañó contra ella desde mediados del siglo pasado. En efecto, Sumapaz fue el sitio de refugio de cientos de campesinos liberales sobre todo del Tolima, Huila, Caquetá y los Llanos, perseguidos por las violencias conservadoras de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Urdaneta Arbeláez y, cómo no, de Gustavo Rojas Pinilla, lo que demostró que esa violencia ya no era apenas “conservadora”, sino bipartidista, ya que la persecución del régimen militar contó con el ent
La voz de los oprimidos