Análisis Por María Méndez Fundación Colombia Soberana El Ejercito de Liberación Nacional ELN comienza la fase pública de los diálogos con el gobierno. Que la segunda guerrilla más fuerte de Colombia se "monte al tren de la paz" de cara al país es un respiro de alivio para los colombianos, sobretodo para aquellos que sufren al guerra en carne propia: las comunidades constantemente vulneradas, bombardeadas y violentadas; las casi 8 millones de víctimas del conflicto armado y, sin lugar a dudas los militantes guerrilleros, los soldados y sus familias que sufren a diario en una guerra bastante larga. Pero la ultraderecha y aquellos que han vivido de la guerra y no en la guerra, se revuelcan en su propia basura. Les mortifica pensar que la guerra, eso que les dio poder, que los mantiene en sus comodidades, que les da fruto sin que ellos o sus hijos derramen una gota de sangre, se acabe. Les asusta pensar que tendrán que pagar por las masacres y todos sus crímenes,
La voz de los oprimidos