Homenaje Por Luz Marina López Espinoza Para La Alianza de Medios y Periodistas por la Paz con Justicia Social ¿A qué hablar de mi mismo, ahora que hablo de sufrimientos, si otros han sufrido más que yo? Cuando otros lloran sangre, ¿qué derecho tengo yo para llorar lágrimas? Ya a los diez y siete años, casi un niño, tenía un pensamiento humanista, libertario, nacionalista y universalista tan firme y coherente, que el imperio español agonizante, hizo gala de un poderío que ya no amedrentaba a las demás potencias, ensañándose con el atrevido adolescente que lo retaba desde su colonia antillana. Entonces lo condenó a seis años de presidio. Y el epígrafe, escrito apenas a los diez y ocho años, muestra ya el acero que revestía el alma del Apóstol de la libertad cubana. Pero también el algodón de la que definitivamente estaba hecha. Porque es del mismo que en medio de las vicisitudes de la vida conspirativa, cantaba: Cultivo una rosa blanca, En julio como en enero, Para el amigo sincero q
La voz de los oprimidos