Análisis Por Gabriel Ángel Preferimos atender el clamor un pueblo por la paz. Es él quien la reclama, alistándose para una batalla política de grandes proporciones e invitándonos a ponernos al frente de ella. Repasando la historia de las lucha de los dominicanos en los años sesenta, vuelvo a estremecerme con el histórico episodio de abril de 1965 y la actitud asumida por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, cuando ante la conminación del embajador norteamericano a la rendición, y la subsiguiente renuncia del gobierno constitucionalista del doctor Molina Ureña, se paró frente al gringo y le expresó, Permítame decirle que continuaremos la lucha, suceda lo que suceda. Entonces el Presidente Johnson ordenó el desembarco de 42.000 marines en Santo Domingo con el propósito expreso, según él, de impedir que un gobierno comunista semejante al cubano se instalara en la República Dominicana. Resultó gloriosa la resistencia de los dominicanos con Caamaño al frente, quien
La voz de los oprimidos