Análisis Tomado de Semanario Virtual Caja de Herramientas Por Fernando Dorado - Activista social Con ocasión de la muerte de los 11 soldados y 21 militares heridos por cuenta de una acción guerrillera de las FARC en el municipio de Buenos Aires, departamento del Cauca, el pasado 15 de abril, el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, habló fuerte y con voz altisonante. Ordenó “levantar la suspensión de bombardeos a los campamentos de las FARC hasta nueva orden”, y además reiteró que “no me voy a dejar presionar por hechos infames para tomar una decisión sobre cese bilateral de fuegos”1. Además, el Fiscal General –apresuradamente y con afán– ha calificado esas muertes como “homicidios en persona protegida”, “grave violación del Derecho Internacional Humanitario”, “violación clara de la tregua unilateral”, y por tanto, ha ordenado iniciar una investigación inmediata para judicializar a los autores de ese “crimen de guerra”2. Independientement