Crónica
Colombia Soberana
Por María Méndez
Pasaban las 9 de la mañana del 22 de Noviembre. Mi compromiso con la lucha por Colombia me había llevado a trabajar 16 horas continuas aportando un granito de esfuerzo para que la Marcha de Mujeres por la Paz saliera perfecta y lo era. Las delegaciones llegaban y el clamor femenino, de otros grupos sociales discriminados como la comunidad LGTBI y hombres de vanguardia hacían feliz presencia en el evento.
Todo parecía en orden, cuando de repente Sebastián, un compañero, recibió una llamada inquietante desde Chocontá. Siete buses que traían a las mujeres de Arauca fueron retenidos por la Móvil 4 de la policía de carreteras a cargo del Intendente Guzmán. Dejaron ir dos pero cinco quedaron allí, con la excusa de que en Bogotá habían disturbios, cosa obviamente falsa para nosotros que vivíamos un ambiente pacífico y festivo. Tomamos la decisión de comunicarnos con varios organismos de Derechos Humanos ante la imposibilidad que teníamos de ir al lugar, pues nuestra tarea era la de guardar la seguridad de la marcha.
La mañana transcurría cálida y alegre, todos partimos en medio de arengas, teatro, baile y música hacia la plaza de Bolívar. La preocupación sin embargo no nos dejaba en paz. Aparte de nuestras responsabilidades en la marcha las Mujeres de Chocontá, como las llamamos, nos inquietaban .
Llamadas constantes para saber el estado de la delegación Arauca retenida en Chocontá nos permitieron saber que la policía manifestó a las mujeres que "ni sueñen que las dejarían pasar" y, además, usando sus "cualidades mecánicas", los uniformados dictaminaron que uno de los buses tenía fallas en los frenos y fue retirado del lugar.
A pesar de la tranquilidad que se respiraba, la policía no bajaba su guardia. Un oficial a la altura del Parque Santander , portando una cámara de buen alcance, sacaba fotografías a los marchantes, pero selectivamente. Al darse cuenta de que yo estaba atenta, se perdió en la multitud.
Para ese momento la paciencia de las valerosas mujeres araucanas, prácticamente secuestradas por la policía en Chocontá, estaba a punto de llegar a su fin. Con más o menos 20 horas de viaje y mucho cansancio, impotencia y frustración las 109 mujeres estaban dispuestas a bloquear cuando les permitieron pasar pero no les devolvían el bus que había sido retirado del lugar.
Por fin llegamos a la Plaza de Bolívar, por fin varias horas de trabajo y de preocupación por las mujeres de Chocontá llegaba a su fin, los buses venían en camino escoltados por la policía que a regaña dientes tuvieron que garantizar su seguridad.
Así se terminó una jornada que superó expectativas, demostró el apoyo de las mujeres al proceso de paz, una jornada esperanzadora, antesala del más hermoso futuro.
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