Campaña
Por Fundación Colombia Soberana
Debemos entender la soberanía como uno de los valores más importantes para el ser humano, tanto en la expresión colectiva como individual. La soberanía es equivalente a la autonomía y es la llave para la libertad, la responsabilidad, la igualdad, y la dignidad.
Es el libre ejercicio del poder político, territorial, social y cultural. Es la libertad para tomar las decisiones que involucran nuestra territorialidad, las creencias, la cultura, las leyes y demás.
Encontramos en la soberanía la herramienta para medir la legitimidad del Estado y calificar la democracia de un país, pues la soberanía es la expresión del pueblo, la única forma de construir una nación incluyente que escuche la voz de todas y todos.
Desafortunadamente, si aplicamos esta medición en Colombia no se hace necesario profundizar demasiado para encontrar que la democracia y el Estado colombiano están fallando. Los niveles de soberanía son bajos. El campo no es para los campesinos y quien lo trabaja, como lo hemos exigido desde la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, la invasión de paquetes técnicos que mata nuestro medioambiente, acaba con la economía y cultura campesina continúa respaldada por el Estado, la firma de TLC con países con economías más fuertes y agricultura subsidiada está terminando con el campo, los pequeños mineros están siendo atacados en su cultura y su forma de subsistencia por las grandes multinacionales, el Gobierno está extraditando la verdad y la inocencia y las Bases Norteamericanas es un ataque frontal y descarado a nuestra soberanía.
Es por esto que desde la Fundación Colombia Soberana impulsamos la campaña Soberanía y Libertad (#SoberaniaYLibertadYa), como un esfuerzo para promover y defender la soberanía de Colombia en tres ejes fundamentales:
a. Soberanía y autonomía alimentaria. El mundo está en una crisis alimentaria, hay desabastecimiento incluso en países europeos donde hace años sería impensable esta situación.
Pero ello no se presenta porque no existan campos para sembrar o no haya alimentos suficientes. Se da por la ambición de empresas como Monsanto, Bayer y otras que están acaparando las semillas, plantas e incluso la leche materna; modificándolas genéticamente como armas de destrucción masivas al infectarlas con enfermedades, virus y demás; y reteniéndolas cuando les conviene para provocar desabastecimientos y hambrunas.
Otro problema que tiene el campesino colombiano son los Tratados de Libre Comercio con países con los que no podemos competir.
Por último, se presenta la apropiación de inmensas extensiones de tierras en manos de grandes empresas para ser explotadas en caña de azúcar, palma africana y otras especies, la mayoría de estas nocivas para el terreno, sirven para biocombustibles y materias primas que en nada beneficia al campesinado colombiano.
b. Soberanía territorial. Muy ligado a este punto existe también el problema de la minería a gran escala y los megaproyectos, sobretodo, en los ríos que han afectado al campesino, al pescador, al minero artesanal, a etnias y a la naturaleza.
Alrededor de este fenómeno giran otros más graves como el paramilitarismo, las desapariciones, amenazas, despojo de tierras, pobreza, miseria, inseguridad y trata de personas por sólo nombrar algunos.
Como si no fuera suficiente que los grandes grupos económicos nacionales y las multinacionales vinieran a arrebatar la vida, el territorio y el alimento a los colombianos, el Gobierno aprobó la instalación de Bases Militares Norteamericanas en todo el país lo que es claramente una violación de nuestro territorio puesto que no fue discutido con los colombianos, nos indispone con los países vecinos y son factores de descomposición social por la cantidad de drogas, prostitución, abusos sexuales y violación a los derechos humanos, entre otros delitos cometidos por oficiales o contratistas extranjeros a quienes no se les puede juzgar.
La minería, los megaproyectos y las Bases Militares extranjeras ponen en riesgo la tierra del campesino, de los indígenas, de los afros y los raizales; ocupa y deja infértiles tierras productivas que servían o sirven de abastecimiento alimenticio; amenaza con la destrucción de la flora, fauna, de fuentes de aguas tan importantes como el Río Magdalena o el páramo del Sumapaz; acelera el proceso de calentamiento global y conlleva problemas sociales difíciles de manejar como la prostitución, el vandalismo, la drogadicción y demás.
c. Soberanía Jurídica: Luchamos por impedir que se sigan extraditando ciudadanos colombianos, sobre todo a Estados Unidos por tres razones de peso:
1. La extradición se ha convertido en impunidad. Los narcotraficantes y los paramilitares aceptan ser extraditados, reciben condenas irrisorias por tráfico de estupefacientes y no purgan condena alguna por masacres, desapariciones, asesinatos selectivos y demás crímenes de lesa humanidad. Esto es una burla a las víctimas, que en su gran mayoría no obtienen ni verdad, ni justicia, ni reparación.
2. El Estado Colombiano está usando la extradición como “castigo” a algunos presos políticos, sin hacer cumplir el convenio que reza que nadie será extraditado por delitos de esta categoría.
3. La corrupción se ha convertido en la constante de los funcionarios de inteligencia tanto nacionales como estadounidenses, quienes posiblemente están recibiendo dineros para no perseguir a los narcotraficantes y, para mostrar resultados, arrestan a ciudadanos inocentes o los inducen a querer cometer delitos que nunca llegan a realizarse, violando de nuevo el convenio de extradición por cuanto el hecho del que se acusa debe ser delito en ambos países y debió haber sido ejecutado en el país solicitante.
Esta es la apuesta que hace Colombia Soberana por la paz con Justicia Social en nuestro país, pues si bien apoyamos los diálogos que se realizan en La Habana con las FARC-EP, y animamos la instalación de una mesa de paz con el ELN, debemos usar y defender nuestro sagrado derecho a la tierra en la que nacimos y la responsabilidad de dejar a nuestros hijos y nietos un verdadero hogar.
Excelente, Colombia es dueña de un gran potencial del que son dueños sus hijos. Dios les bendiga!!!
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