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Por Prensa Rural
La Asociación de autoridades tradicionales y cabildos del pueblo U’WA, ASOU’WA, Autoridad del gobierno indígena del resguardo Unido, comunicó el día de ayer 31 de mayo, qué en los límites del resguardo Unido, territorio ancestral indígena, en medio operaciones militares el Ejército Nacional en la vereda Río Colorado, del municipio de Chitagá, Norte de Santander, fue asesinado el dirigente indígena Joel Villamizar, directivo de la asociación y coordinador de educación de esta nación indígena.
La asociación de autoridades tradicionales, rechazó la acusación oficial presentada por las fuerzas militares, de que el dirigente indígena fuera integrante de un “esquema de seguridad” de los grupos armados organizados irregulares que operan en la región. por tanto este crimen, aseguraron los representantes de la comunidad indígena, está enmarcado en un gravísimo acto violatorio del Derecho Internacional Humanitario, constituyéndose en un asesinato extrajudicial y un falso positivo.
Los indígenas hacen un llamado urgente a los organismos de derechos humanos, defensores de derechos humanos, y organizaciones nacionales e internacionales, para qué manera urgente, y sin dilaciones, se establezcan los responsables de este abominable crimen, y se esclarezcan los hechos que acabaron con la vida del dirigente indígena.
El líder indígena y educador Joel Villamizar, deja su familia, hermanos y a la nación U’WA, sumidos en un profundo dolor, como lo resalto la asociación. A pesar del luto, las comunidades no van a permitir que esta situación sea considerada como un positivo del ejército colombiano, aseguraron, ya que el compañero no era miembro de ninguna organización Insurgente o grupo armado.
La asociación dejó claro que va a desarrollar su propia y autónoma investigación en el marco de sus leyes ancestrales para ubicar la responsabilidad del estado y el ejército colombiano, quienes deben responder por el asesinato del compañero indígena, advierten en la declaración conocida e día de ayer.
Se sigue configurando un etnocidio bajo la mirada indolente del estado, se vuelve a reproducir el perverso modelo de los falsos positivos en las regiones, como lo ha venido denunciando reiterativamente la población en los territorios, dónde sus comunidades han padecido la infamia de la guerra, y solo esperan del Estado presencia efectiva para resolver los graves problemas de pobreza y exclusión, pero con desesperanza establecen que cuando llega solo trae tropas y con ellas la estela de la guerra y de la muerte.
No más asesinatos de campesinos, afrodescendientes e indígenas, la implementación de los acuerdos de paz y el fin de la guerra es el camino, no los dejemos solos.
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