Análisis
Tomado de El Tiempo
Por Mauricio Jaramillo
Mauricio Jaramillo asegura que el partido Farc está comprometido con su rol en la vida civil.
La actual coyuntura de pandemia ha obligado a la humanidad no solo a confinarse en
sus hogares, sino a reflexionar acerca del modo de relacionarnos con la naturaleza,
llamándonos a superar los vestigios de la edad media cuando asumimos un rol de
posesión y dominio absoluto sobre el planeta y toda forma de vida, siendo ese espíritu piedra angular del capitalismo, el cual ha devastado el medio ambiente, dejando a su paso miseria y muerte.
En Colombia, mientras la crisis sanitaria deja al descubierto los desastres causados
por la Ley 100 de 1993 en tanto la salud fue convertida en un privilegio para aquellos
que pudieran pagarla, así mismo van siendo develados todos los horrores de la
exacerbada explotación en beneficio de unos pocos.
Ha sido la corrupción uno de los peores lastres que hemos soportado los colombianos
desde que somos república, sumado a la violencia como práctica política, donde se han puesto en marcha planes de exterminio contra dirigentes y organizaciones que se han atrevido a cuestionar los privilegios de aquella minoría que históricamente ha
detentado el poder.
Negar el derecho a participar en política fue uno de los detonantes para la guerra en
Colombia, dando origen a luctuosos ciclos de violencia, basados en prácticas que parecen repetirse en la actualidad, pues mientras el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, empeña todos sus esfuerzos en darle cumplimiento a los acuerdos de La Habana, sus militantes somos víctimas del
terrorismo de Estado, siendo asesinados hasta la fecha alrededor de 200 excombatientes firmantes de la Paz.
La guerra contra el movimiento social y popular no ha cesado, y paradójicamente la
cuarentena ha permitido que se incrementen los atentados contra líderes sociales, situación que se presenta con mayor rigor en territorios con fuerte presencia del Ejército y la Policía nacional.
Entre tanto, la falta de voluntad política del gobierno Duque, genera todo tipo de tropiezos para la implementación de los acuerdos de Paz, siendo la omisión, la burocracia y las maniobras administrativas apenas algunos de los grandes obstáculos que hemos sorteado, sumado a la agenda del partido de gobierno, empeñado en hacer trizas el anhelo de Paz de todos los colombianos.
A pesar de las dificultades, es ahora cuando más comprometidos estamos, asumiendo nuestro rol en la vida civil, armados de argumentos y aportando verdad como elemento reparador, garantía de no repetición.
Porque conocer a fondo las causas políticas y económicas, y la identidad de aquellos
terceros responsables hasta ahora cobijados por el anonimato, es un derecho de las
víctimas.
En ese sentido, son a todas luces plausibles los esfuerzos realizados en medio de la
crisis del covid-19 por parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, donde las instituciones que le conforman, continúan trabajando, dando desarrollo a sus procedimientos de cara al país.
Es por ello importante destacar y saludar la llegada del antropólogo Alejandro
Castillejo como nuevo integrante de la Comisión de la Verdad, quien asume en
reemplazo del sociólogo y periodista Alfredo Molano, lamentablemente fallecido en
octubre de 2019.
Convencidos de que el futuro de Colombia no está signado por la violencia,
expresamos total apoyo al doctor Castillejo, a quien su trayectoria como académico,
consultor e investigador, le permitirá asumir con autoridad tan importante reto de
contribuir al esclarecimiento del conflicto armado.
MAURICIO JARAMILLO
Jefe del componente de Farc para el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición
Twitter: @MauricioFARC
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