Ir al contenido principal

Para resentidos, disidentes y el propio ELN

Análisis
Tomado de Las 2 Orillas
Por Gabriel Ángel



La ultraderecha apunta a destruir los Acuerdos de La Habana, porque le parecen peligrosos para sus intereses; lo más racional políticamente es luchar por su implementación plena

En estos asuntos hay que andar como por una senda tapizada de huevos, cuidando de no pisar ninguno. Cualquier palabra puede ser interpretada en un sentido diferente a la intención con que fue escrita, y del mismo modo la lectura que se haga de una idea expresada, puede ser distinta al sentido que quiso imprimírsele, hasta desatar las más inesperadas y furiosas réplicas.

Milité treinta años en las Farc, un tiempo en mi parecer suficiente para tener una apreciación madura de la realidad política nacional y mundial. Llegué a ellas buscando conservar la vida sin abandonar la lealtad a unas ideas. Estaban masacrando a la Unión Patriótica. Lo hice a tiempo, mes y medio después cayó asesinado Jaime Pardo Leal, y la lista continuó creciendo.

Dejé las armas en junio de 2017, al igual que todos los nuestros, comprometido en el cumplimiento fiel de lo pactado en los Acuerdos de La Habana. Lo que hicieran nuestros adversarios nos afectaría en adelante, claro. Pero no debía alterar nuestra decisión, que era de índole estratégica, poner fin al largo conflicto armado que tenía a nuestro país sumido en un mar de sangre.

Nuestra lucha en adelante sería legal, sin ninguna clase de argucias. No íbamos a jugar doble, a tener armas y dineros de reserva guardados, a mantener estructuras clandestinas que estuvieran preparando una insurrección armada. En eso fue muy clara la Décima Conferencia de las Farc celebrada en el Yarí. El cambio en nuestro país no iba a llegar por la vía violenta.

De no haber pensado así, no habríamos celebrado ningún Acuerdo, hubiéramos seguido en la guerra. Pero es que 53 años de muertos, heridos, asaltos, emboscadas, atentados, bombardeos, prisioneros, desaparecidos, torturas, negocios dudosos, secuestros, paramilitarismo, masacres, despojos y horror eran suficientes para comprender que así no íbamos a llegar a ningún lado.

Allá el régimen si faltaba a su palabra. Al fin y al cabo estábamos celebrando un verdadero tratado de paz, de cara al país y a la comunidad internacional. Hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas daba fe de nuestra sincera intención. De lo que se trataba en adelante era de ser consecuentes, de transformar la superioridad moral en arma política.

Algo verdaderamente nuevo. Por primera vez, un movimiento guerrillero que se calificaba a sí mismo como vanguardia de la lucha revolucionaria armada por la toma del poder, se atrevía a reconocer que la gente de su país no quería su romántica guerra. Que por el contrario, la veían como una amarga pesadilla de la que se querían librar. Y decidía obrar en esa dirección.



Si el adversario dejaba las armas, si se incluía dentro de su legalidad, si aceptaba sus reglas del juego y proponía luchar por cambiar lo que hubiera que cambiar siempre por vías pacíficas, y si obraba efectivamente de ese modo, dejaría de ser todo lo que le adjudicaban, podría presentarse ante la sociedad con un nuevo rostro y ganar pacientemente su confianza.


Obvio que para ello requeriría de unas garantías elementales para su vida, para su integridad, para su libertad. Para poder organizarse políticamente y actuar en la legalidad. Contar con posibilidades ciertas de reincorporarse económica, social y políticamente a la vida civil. Alcanzar cuando menos el principio de la solución a los graves problemas de tierras y abandono que encendieron el conflicto.

Me atrevo a comprimir así el sentido de los Acuerdos de La Habana, que para unos cuantos gatos significan poca cosa, incluso traición. Como si no hubieran costado ríos de sangre y sufrimiento durante décadas. Como si esos críticos fueran capaces de sentar ante sí al Estado y arrancarle muchísimas más cosas, quedar a las puertas del poder tras la firma de su acuerdo.

O como si fueran capaces de tomarlo mediante una insurrección triunfante, al punto de decir firman esto o mañana los sacamos por la fuerza. De tal modo son ciegos, literalmente hablando, que no perciben que todo el poder de la ultraderecha y la caverna, apunta a destruir los Acuerdos de La Habana, porque les parecen sumamente peligrosos para sus intereses.

Lo más racional políticamente, consiste en luchar por la implementación plena de lo pactado en La Habana. Los resentidos, la llamada disidencia, el propio ELN, debieran considerarlo con calma. No se trata de marchar a la cola de las Farc, cuestión que puede parecerles infamante, se trata de ponerse a tono con la población nacional que detesta la guerra.

Que no comparte la terquedad inamovible de ningún bando.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Homenajes (Agencia cubana de noticias). CUBA-PIONEROS DE LAS TUNAS RINDEN TRIBUTO A CAMILO Y CHE

Fecha: 08/10/12 Propietario: Antonio Hernández Mena 17 elementos 201201008YPP_01 Acto de ingreso a la Organización de Pioneros José Martí en la escuela primaria República de Chile, en la oriental provincias de Las Tunas, Cuba, el 8 de octubre de 2012. AIN FOTO/ Yaciel PEÑA DE LA PEÑA/Thm Fecha: 08/08/12 Nuevo 201201008YPP_02 Madres e hijo en el Acto de ingreso a la Organización de Pioneros José Martí en la escuela primaria República de Chile, en la oriental provincias de Las Tunas, Cuba, el 8 de octubre de 2012. AIN FOTO/ Yaciel PEÑA DE LA PEÑA/Thm Fecha: 08/08/12 Nuevo 201201008YPP_03 Acto de ingreso a la Organización de Pioneros José Martí en la escuela primaria República de Chile, en la oriental provincias de Las Tunas, Cuba, el 8 de octubre de 2012. AIN FOTO/ Yaciel PEÑA DE LA PEÑA/Thm Fecha: 08/08/12 Nuevo 201201008YPP_04 Niño en el Acto de ingreso a la Organización de Pioneros José Martí en la escuela primaria República ...

FARC-EP desarrollan tercer punto de las propuestas mínimas "Reconocimiento de las víctimas colectivas”

Comunicado Por Delegación de Paz de las FARC-EP La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, octubre 1 de 2014 Reconocimiento de las víctimas colectivas en cabeza de organizaciones políticas, sociales y sindicales, de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, y de mujeres En desarrollo de las propuestas mínimas sobre Derechos integrales de las víctimas para la paz y la reconciliación nacional, las FARC-EP presentamos el siguiente conjunto de iniciativas correspondientes a la tercera propuesta concerniente al “Reconocimiento de las víctimas colectivas”. 3.1. Reconocimiento de víctimas colectivas en cabeza de organizaciones políticas. En atención a que el propósito principal de los procesos de victimización organizados por el Estado y sectores de las clases dominantes a lo largo del conflicto, adoptaron la forma del terrorismo de Estado y se han orientado a la contención, represión, estigmatización, exterminio y liquidación de la oposición política y ...

La marcha de la nueva subversión

Análisis Tomado de Las 2 Orillas Por Gabriel Ángel Los sectores convocantes a la marcha del primero de abril son entraña decisiva del régimen que se empeñan en derrocar Promueven una marcha para el primero de abril, con una serie de consignas y argumentos sorprendentes, que además son rematados con un curioso llamamiento a tumbar el régimen. Recalcan que un pueblo movilizado y en la calle no será derrotado. Hacen la diferencia con lo que ocurre en Venezuela, afirmando que aquí la gente no es timorata como allá, donde salen a pedir la cabeza del gobierno pero resultan incapaces de sostenerse. No, en Colombia tendrán la persistencia suficiente para vencer. Atribuyéndose un carácter semejante al de los indignados de Madrid, alegan que la situación nacional se ha hecho intolerable. Que no aguanta más. El gobierno y sus aliados deben caer. Estos últimos no son otros que los terroristas que se han hecho al poder. Y los que si la gente no lo evita con la acc...