Análisis
Por Luis Alfonso Velasquez
Imagen tomada de Internet |
Sin duda alguna, los acontecimientos que se vienen sucediendo a partir del inicio de la negociación entre el gobierno y las FARC-EP, están sacudiendo la conciencia de los habitantes de la Nación Colombiana, que comienzan a ver el verdadero rostro de aquellos personajes que mantienen una confrontación que les ha servido para despojar de los derechos a la inmensa mayoría de habitantes que padecen necesidades, mientras los promotores de la guerra se han lucrado de la riqueza que tiene Colombia incluidas las tierras (suelo y subsuelo).
Un plebiscito que no debió haberse adelantado, para más bien que mal, resultó un ejercicio cuyo resultado nos ha colocado como nación en un espantoso papel como Nación, de cara a la comunidad internacional, una insurgencia (FARC-EP) que está en una iniciativa de paz y voluntad de reconciliación impresionante, se ha ganado el protagonismo y centro de los principales medios de comunicación del mundo, inclusive hasta lograr el premio nobel para el presidente Santos, pues sin su existencia, jamás hubiera logrado semejante distinción.
Precisamente la atención ganada nacional e internacionalmente ha llevado a los enemigos de la paz a asumir posturas de aparente conciliación con el contenido de los acuerdos logrados en La Habana, cuando quiera que antes del 2 de octubre se oponían a lo logrado, personajes como Ordoñez (que nunca ha sido elegido por el voto popular a ningún cargo, Pastrana, uno de los peores gobiernos de la historia, cobarde en un acercamiento anterior con la insurgencia, Uribe, reconocido guerrerista y promotor del paramilitarismo en Colombia, Martha Lucía Ramírez que no representa ni al partido que dice pertenecer, algunos pastores evangélicos y otros) han tenido que estudiar el contenido de los acuerdos así sea para decir lo mismo en otras palabras; el denominado centro democrático reconoció de manera descarada a través de su gerente de campaña que toda la propaganda del no, contenía elementos distintos al contenido de los acuerdos firmados y aprovechando que solo un 13% de Colombianos(as) había leído el contenido de los mismos, lograron mediante el engaño y la mentira, tocando sentimientos de los pobladores llevarlos a votar por un no, tales como lo del aborto, la familia, la amenaza del castro-chavismo y el fantasma del comunismo, que luego están manifestando sentirse traicionados y participando en marchas y vigilias para ayudar a no regresar a una confrontación en la que solo participan los hijos de los más pobres. Entre otras cosas, manifestaron que la reforma tributaria solo era posible si ganaba el si porque era para darles esos recursos a la guerrillerada, y ahora que ganó el no por estrecho margen, de todas maneras han presentado una reforma supremamente regresiva, que pretende castigar a la población más pobre y de ingresos medios.
Colombia no volverá a ser la misma después de estos acontecimientos, inmensas masas de campesinos, intelectuales, estudiantes, artistas, trabajadores, indígenas se movilizan para atajar las torcidas intenciones de la extrema derecha que trata de impedir a toda costa, la construcción de un país en paz con justicia social; necesariamente esos pobladores están mama’os de los mismos con las mismas, después de doscientos años de malos gobiernos es posible mirar hacia otros liderazgos que se están construyendo a partir de la solución política, máxime cuando entra el ELN para junto con las FARC-EP y la posibilidad de que el EPL ingrese en el proceso, se pueda ir reconstruyendo una nación que han producido muchas guerras que colocaron al país como el primero en desplazamiento, doscientos veinte mil muertos, decenas de miles desaparecidos, pocos ricos muy ricos y millones de pobres muy pobres.
Si bien hasta ahora no se ha discutido el tema del modelo de acumulación actual, el hecho de que la población comience a mirar la posibilidad de ser poder, es un avance impresionante que permitirá que por fin gobiernen los que no han gobernado y de una forma que sean gobernó para las inmensas mayorías de damnificados por el neoliberalismo, en procura de construir una verdadera PAZ CON JUSTICIA SOCIAL que la hará estable y duradera. No volveremos atrás.
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