Análisis
Por María Méndez
Fundación Colombia Soberana
En la década que viene, 2020, completaríamos 100 años de la guerra oligárquica contra el pueblo, no es que desde antes no existiera la explotación, la barbarie, el desplazamiento forzado y la sangre no corriera por nuestra recién fundada república, sino que comienza la represión contra el movimiento obrero. Si tuviéramos que dar una fecha más exacta, sin titubear, diríamos 6 de diciembre de 1928. No porque el horror haya comenzado ese día, sino porque conmemoramos La Masacre de las Bananeras en Ciénaga, Magdalena.
Día de luto. El ejército "colombiano" al mando de la oligarquía y a la entera disposición de los Estados Unidos disparó sin misericordia contra los trabajadores de la United Fruit Company, sus amigos y sus familias. El Gobierno gringo admite en su momento 500 a 600 víctimas, mientras en un comunicado al Departamento de Estado de Estados Unidos la empresa dice que los muertos pueden sobrepasar la cifra de 1000 personas, pero investigaciones posteriores, como la de Jorge Eliécer Gaitán, apuntan a que los asesinados podrían llegar a ser 3000.
"Señoras y Señores - dijo el capitán con una voz baja, lenta y un poco cansada-, tienen cinco minutos para retirarse. La rechifla y los gritos redoblados ahogaron el toque de clarín que anuncio el principio del plazo. Nadie se movió. – Han pasado cinco minutos – dijo el capitán en el mismo tono-. Un minuto más y se hará fuego… Embriagado por la tensión, por la maravillosa profundidad del silencio y además, convencido de que nada haría mover a aquella muchedumbre pasmada por la fascinación de la muerte, José Arcadio Segundo se empino por encima de las cabezas que tenía en frente y por primera vez en su vida levanto la voz. ¡Cabrones! – gritó – les regalamos el minuto que falta . Al final de su grito ocurrió algo que no le produjo espanto, sino una especie de alucinación. El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le respondieron en el acto.” (Gabriel García Márquez, Cien Años de Soledad)
Y siguieron muchos años de soledad para el pueblo. Llegó "La Violencia", las guerrillas liberales y las guerrillas comunistas como expresión de defensa de los campesinos desplazados y aterrorizados. Único método de oponerse contra la guerra oligárquica y guerra contrainsurgente que, desde antes de la creación de las FARC y el ELN, ya masacraba campesinos.
En febrero de 1962 el pomposo general Yarborough de la Escuela de Guerra Especial de Fort Bragg visita Colombia, y en el informe que presenta dice: "Debe crearse ya mismo Un equipo en dicho país para seleccionar personal civil y militar con miras a un entrenamiento clandestino en operaciones de represión, por si se necesiten después. Esto debe hacerse con miras a desarrollar una estructura cívico militar que se explote en la eventualidad de que el sistema de seguridad interna de Colombia se deteriore más. Esta estructura se usará para presionar los cambios que sabemos van a ser necesarios para poner en acción funciones de contra-agentes, contra-propaganda y, en la medida en que se necesite, impulsar sabotajes y/o actividades terroristas paramilitares contra conocidos partidarios del comunismo" (Cinep)
Hoy día seguimos viviendo bajo el temor de las "actividades terroristas paramilitares" que conformaron, financiaron y sostienen los Estados Unidos. A primero de marzo del año en curso, el Registro Único de Víctimas cuenta con 7.957.219 personas violentadas y vulneradas en sus derechos y la guerra sucia permanente se arrecia contra el movimiento popular.
Hoy miramos con horror pero con mucha certeza en nuestras luchas, que el exterminio asoma y acecha nuestros pasos. Hoy que se conmemora precisamente el 26 aniversario del asesinato de nuestro compañero Bernardo Jaramillo, candidato presidencial de la UP, tememos una nueva arremetida de la ultra derecha contra los comunistas, las organizaciones sociales y la población en general.
Sin embargo una luz de esperanza brilla en medio de la incertidumbre. Ayer el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC, se reunió con el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, encuentro que el Comandante Timoleón Jiménez calificó como histórico, inédito e impensable: "Quienes financiaron el Plan Colombia, quienes financiaron, asesoraron y promovieron la mayor ofensiva que grupo guerrillero haya sufrido, hoy nos hayan expresado personalmente la disposición de apoyarnos en lo que necesitemos para alcanzar la paz en Colombia, nos llena a nosotros de mucho optimismo y nos da la seguridad de que vamos por la paz" declaraciones a NC Noticias.
Dijo el Comandante Che Guevara "con el imperialismo ni tantito así"; sin embargo, si el gobierno norteamericano se decide a apoyar el proceso de paz, quiere decir que intentará revertir los efectos de sus políticas contra comunistas y contra insurgentes (nacidas cuando no había ni comunismo ni insurgencia). Este sería un gran golpe al paramilitarismo que amenaza con asediar el proceso de paz. Ya no cabe la menor duda del reconocimiento político que se le está dando a las FARC-EP como un grupo insurgente, levantado en armas en uso de su sagrado derecho a la Rebelión.
Esperamos poder confiar en la palabra del imperio, y ver en la realidad las consecuencias en pro de la paz que se verían reflejadas en el no apoyo, la no financiación del paramilitarismo y la neutralización y desmantelamiento de los grupos existentes, en la liberación de Simón Trinidad y en el compromiso de que nos dejarán por fin a los colombianos escoger nuestro propio destino, porque la paz es un trabajo de todos y para todos.
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