Noticia
Por El Tiempo
La tarde el 29 de abril del 2004, el mismo día que debía regresar a la Alcaldía de Santo Tomás (Atlántico) después de una suspensión disciplinaria, el médico Nelson Ricardo Mejía Sarmiento fue asesinado de varios disparos por un sicario de los grupos paramilitares.
Once años y tres meses después, ese crimen de los ‘paras’ tiene huyendo a su jefe político, el exsenador Dieb Maloof. La Interpol y la Fiscalía lo buscan como determinador del homicidio, que se originó, según la investigación, en la negativa del alcalde a entregarles a fichas de los ‘paras’ y de Maloof los contratos de salud de ese municipio.
El exsenador –que huyó del país después de que un juez le dio libertad temporal– fue uno de los primeros condenados por el escándalo de la ‘parapolítica’, pero, en casi una década, la justicia no ahondó en su papel como supuesto articulador del saqueo de la salud pública que hicieron los grupos paramilitares en la Costa. (Lea: A Dieb Maloof, fugado tras polémica libertad, lo buscará la Interpol)
Ahora tiene sobre su cabeza una orden de captura por la muerte de Mejía, que tuvo aval del grupo de Maloof –Colombia Viva–, salió elegido en el 2003, se distanció del senador cuando se negó a entregar “unos recursos económicos de un sector determinado como lo es la salud”, los cuales le habían exigido para las Auc; y finalmente fue, según la Fiscalía, asesinado por “sicarios del frente ‘José Pablo Díaz’, cuyos integrantes, como se probó judicialmente, tenían relaciones con Colombia Viva”.
“A Nelson Ricardo Mejía lo asesinaron porque no se plegó a las políticas de las Auc”, dice la Fiscalía. Sin embargo, agrega, el mandatario era consciente de que estaba haciendo un pacto con los paramilitares de Édgar Ignacio Fierro, ‘don Antonio’, al aceptar el apoyo de Maloof en las elecciones.
La Procuraduría pidió en el proceso cerrar la investigación en favor del excongresista. La versión de ‘don Antonio’ y la de un hijo de la víctima –quien dice haber llegado, tras encarar a los paramilitares desmovilizados, a la convicción personal de que Maloof no tuvo que ver con el crimen– no tienen credibilidad para el organismo acusador, según el cual ‘Antonio’ miente, y una investigación penal no puede definirse por los pareceres de la familia de la víctima.
Para la Fiscalía, lo que ocurrió fue que Maloof Cuse “no estaba dispuesto a perder el control de la administración municipal”, el cual había tenido durante la suspensión temporal de Mejía y que llegaría a su fin con el regreso del alcalde que se le había rebelado.
El 19 de abril, 10 días antes del asesinato, el alcalde suspendido hizo una reunión con varios de sus seguidores del movimiento Por Ti Santo Tomás en una finca llamada La Juntera.
Allí aseguró que “sabía que lo iban a matar”, según le dijo a la Fiscalía uno de los que asistieron al encuentro. Para ese momento, las relaciones con Maloof habían tocado fondo, al punto de que en una marcha en Santo Tomás en respaldo de Mejía se quemó un muñeco que simbolizaba a Colombia Viva.
Maloof, también médico, era conocido en el departamento por manejar el poder burocrático de la salud para mediados de la década pasada. La Fiscalía, que lo acusó como determinador del crimen, dice que a Mejía lo apoyaron las Auc para apoderarse de la plata de la salud, “y luego, a través de la instigación del señor Maloof, ordenaron su muerte por negarse a aceptar sus imposiciones”.
Comentarios
Publicar un comentario
Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.