Estamos seguros de que las FARC-EP tendremos una vida mucho más larga que el mandato del actual gobierno de España.
Análisis
Tomado de FARC-EP
Por Andrés París - Miembro del EMC de las FARC-EP
La pobre España, la vilipendiada y azotada por las políticas neoliberales impuestas por las corporaciones multinacionales, la misma España que tras la muerte del dictador fascista Francisco Franco vio resucitar la momificada monarquía, hoy cuestionada por derrochadora y corrupta, hasta el punto de que el rey Juan Carlos de Borbón fue obligado a ceder el trono a su hijo Felipe, en desesperado esfuerzo por limpiar la Corona, sufre de otro mal muy grave.
Y es que al frente de ella se halla un gobierno incapaz y corrupto, encabezado por la figura conservadora y gris de Mariano Rajoy, quien, buscando disimular su miserable gestión, sale por los medios nacionales e internacionales a hablar sandeces y entrometerse en los asuntos internos de países como Venezuela, que luchan por construir un sistema político y social diferente a la podredumbre capitalista que representa Rajoy.
Las destempladas vociferaciones con las que el desdibujado gobernante español pretendió defender el terrorismo que las transnacionales y el imperio buscan imponer en la patria bolivariana, fueron bien revertidas, justamente, por el Presidente Nicolás Maduro, quien salió en defensa de la dignidad y soberanía de la tierra de Bolívar, Zamora y el eterno Presidente y Comandante de la revolución, Hugo Chávez.
Ahora Rajoy, tratando de posar como la más valiosa joya de la Corona, aprovecha la gira que por estos días realiza por Europa el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, a cuenta del proceso de diálogos por la paz que adelanta con las FARC-EP, para mostrar cómo se puede pasar de mandatario a mandadero. Santos debió pedirle que saliera a decirnos lo que él no puede o no quiere decir, y Mariano no vaciló en salir a hacer el ridículo.
Según él las FARC-EP y el ELN tienen la última oportunidad de firmar la paz, pues de lo contrario serán convertidos en polvo. La misma expresión ha sido usada con abundancia por los negociadores del gobierno en La Habana, y articulistas tarifados trabajan por volverla un slogan. Nos amenazan con ese ultimátum si no firmamos el acuerdo que nos han preparado en su concepción neoliberal y excluyente.
Estamos seguros de que las FARC-EP tendremos una vida mucho más larga que el mandato del actual gobierno de España. Rajoy, rajado como gobernante en su patria, está de más metiéndose en los problemas internos de Colombia. Y a Santos no le convienen esas compañías. Dime con quién andas y te diré quién eres. Salta a la vista que al irse sin voceros insurgentes a su gira, sólo buscó hacer asimétrica también la visión del proceso de paz.
Al parecer Santos lleva el propósito mendicante de poner el sombrero para suplicar euros que supuestamente habrá de destinar al desarrollo social del país una vez se firme la paz. Apoyándose en discursos como el pronunciado por Rajoy en España, lo que muestra es el lenguaje del chantaje, de la presión contra la delegación insurgente que está en La Habana, justo cuando se aproximan las discusiones sobre el punto el fin del conflicto.
Presidente Santos, hay que pensar mejor los pasos que se dan en esta etapa del proceso. Tanto si se dan dentro del país como en el exterior. Amplio apoyo ha recibido el proceso de paz que adelanta con la FARC, como para dejar incendiar la casa por señores como Rajoy, quien anda muy activo entrometiéndose en la política suramericana. ¿Qué será lo se le ha perdido al señor Rajoy en Colombia?
Tomado de FARC-EP
Por Andrés París - Miembro del EMC de las FARC-EP
La pobre España, la vilipendiada y azotada por las políticas neoliberales impuestas por las corporaciones multinacionales, la misma España que tras la muerte del dictador fascista Francisco Franco vio resucitar la momificada monarquía, hoy cuestionada por derrochadora y corrupta, hasta el punto de que el rey Juan Carlos de Borbón fue obligado a ceder el trono a su hijo Felipe, en desesperado esfuerzo por limpiar la Corona, sufre de otro mal muy grave.
Y es que al frente de ella se halla un gobierno incapaz y corrupto, encabezado por la figura conservadora y gris de Mariano Rajoy, quien, buscando disimular su miserable gestión, sale por los medios nacionales e internacionales a hablar sandeces y entrometerse en los asuntos internos de países como Venezuela, que luchan por construir un sistema político y social diferente a la podredumbre capitalista que representa Rajoy.
Las destempladas vociferaciones con las que el desdibujado gobernante español pretendió defender el terrorismo que las transnacionales y el imperio buscan imponer en la patria bolivariana, fueron bien revertidas, justamente, por el Presidente Nicolás Maduro, quien salió en defensa de la dignidad y soberanía de la tierra de Bolívar, Zamora y el eterno Presidente y Comandante de la revolución, Hugo Chávez.
Ahora Rajoy, tratando de posar como la más valiosa joya de la Corona, aprovecha la gira que por estos días realiza por Europa el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, a cuenta del proceso de diálogos por la paz que adelanta con las FARC-EP, para mostrar cómo se puede pasar de mandatario a mandadero. Santos debió pedirle que saliera a decirnos lo que él no puede o no quiere decir, y Mariano no vaciló en salir a hacer el ridículo.
Según él las FARC-EP y el ELN tienen la última oportunidad de firmar la paz, pues de lo contrario serán convertidos en polvo. La misma expresión ha sido usada con abundancia por los negociadores del gobierno en La Habana, y articulistas tarifados trabajan por volverla un slogan. Nos amenazan con ese ultimátum si no firmamos el acuerdo que nos han preparado en su concepción neoliberal y excluyente.
Estamos seguros de que las FARC-EP tendremos una vida mucho más larga que el mandato del actual gobierno de España. Rajoy, rajado como gobernante en su patria, está de más metiéndose en los problemas internos de Colombia. Y a Santos no le convienen esas compañías. Dime con quién andas y te diré quién eres. Salta a la vista que al irse sin voceros insurgentes a su gira, sólo buscó hacer asimétrica también la visión del proceso de paz.
Al parecer Santos lleva el propósito mendicante de poner el sombrero para suplicar euros que supuestamente habrá de destinar al desarrollo social del país una vez se firme la paz. Apoyándose en discursos como el pronunciado por Rajoy en España, lo que muestra es el lenguaje del chantaje, de la presión contra la delegación insurgente que está en La Habana, justo cuando se aproximan las discusiones sobre el punto el fin del conflicto.
Presidente Santos, hay que pensar mejor los pasos que se dan en esta etapa del proceso. Tanto si se dan dentro del país como en el exterior. Amplio apoyo ha recibido el proceso de paz que adelanta con la FARC, como para dejar incendiar la casa por señores como Rajoy, quien anda muy activo entrometiéndose en la política suramericana. ¿Qué será lo se le ha perdido al señor Rajoy en Colombia?
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