Análisis
Tomado de Delegación de Paz de las FARC-EP
¨Por Tomás Hojeda Molinares
Un riesgoso despliegue mediático viene adelantando el Gobierno Nacional de Colombia con respecto al futuro del Proceso de Paz, en desarrollo desde Noviembre de 2012 en La Habana, Cuba. La ofensiva está estructurada en una matriz de opinión impuesta, claro está, por los medios de comunicación en el país y alimentada por una campaña que no está desligada de la extrema derecha y de los enemigos de la paz.
Dicha ofensiva esta inherentemente ligada a las directrices de Washington, como postulado de hegemonía política, hacia los países que aun dependen de sus políticas de guerra, de exclusión y terrorismo en el mundo.
Ligado a ello, los integrantes de la Delegación del Gobierno colombiano en los Diálogos de La Habana, vienen buscando imputaciones y culpas en los recientes debates políticos nacionales y así pretenden mostrar al mundo conclusiones amañadas sobre la discusión política acerca de los responsables de las víctimas, así empujan el proceso de paz hacia el despeñadero de la inviabilidad.
El gobierno colombiano busca ocultar sus políticas sobre seguridad, como aquella del enemigo interno, ese es el objetivo del despliegue mediático de los principales voceros gubernamentales, en actos ajenos a las organizaciones sociales, populares, raizales y de víctimas del conflicto. Además, de manera inexplicable, esconde los adelantos en el quinto punto de la Agenda Común, sobre el resarcimiento, los Derechos Humanos y la Verdad de las Víctimas del conflicto.
Haber acordado unos principios rectores para abordar la discusión, implica la responsabilidad de las dos partes sentadas en La Mesa de mostrar al país la voluntad y el compromiso para esclarecer las causas y actores generadores de la violencia desde la década de los años 30.
Lo claro es que, la noción de Paz para los dueños del poder económico en Colombia y para los vividores de la guerra y demás militaristas de civil y uniformados, no es el concepto de Paz con justicia social que queremos las mayorías nacionales.
La paz que quieren para Colombia los ricos del mundo, mandados por el imperialismo estadounidense y sus transnacionales y aceptada plenamente por la oligarquía está muy lejos de ser la paz que construiremos desde un proceso constituyente que lleve a la reforma del modelo económico, a la reformulación de la doctrina formadora de las FF. AA, del Estado y a la Justicia Social, garante ésta de la erradicación paulatina de todo tipo de desigualdades.
A eso le apuntamos desde La Habana: A la paz con justicia social.
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