Análisis
Colombia Soberana
Por María Méndez
Paro cívico en Putumayo y en Cauca, protestas en Catatumbo y Guajira, inconformidad de las víctimas, los estudiantes y La Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular, entre otros sectores, que exigen soluciones a sus problemas y cumplimiento a los acuerdos que el Gobierno Nacional ha hecho con algunos de ellos.
Estos sectores agrarios, étnicos y populares exigen que el presidente cumpla las promesas de campaña, los acuerdos, pero ante todo, que tenga los pantalones para hacer la paz, porque si para la guerra se necesita valentía, para la paz se necesita mucho más: berraquera, inteligencia y amor.
Santos ganó en segunda vuelta apoyado por la izquierda, los campesinos y todos los colombianos valientes y coherentes que hartos de la guerra le apostamos a un proyecto que sea el inicio de un cambio social para alcanzar una Colombia en paz, prospera y justa.
Pero eramos conscientes que quien subía al poder era Juan Manuel Santos, representante de una rancia oligarquía que ha sumido al país en la desigualdad, la miseria y la guerra que sufrimos hoy. La misma oligarquía que ha vendido, y sigue vendiendo, nuestros recursos sin importarle el medio ambiente o la cultura, que ha acudido a los asesinatos selectivos, las torturas, las masacres y al terror. Esa oligarquía asesina y apátrida que ha descuartizado el país y lo ha llenado de sangre, dolor y odio.
Esto no quiere decir que el presidente Santos tenga la sartén por el mango. Lo que esto significa es que está comprometido con un pueblo que está decidido, sumergido y entregado a procesos de organización y unión, despierto y sediento de paz. Ya es hora que Santos se baje de la nube y sea consciente que los colombianos no votaron por él sino por la paz. Lo que presenciamos no fue una elección presidencial, fue un referendo en el que el pueblo colombiano optó por construir la paz, pero paz con justicia social.
El pueblo no va a esperar pacientemente otros 204 años, ni siquiera otros 12 años. Al pueblo no le importa cuánta represión halla, cuántos discursos guerreristas de Pinzón, cuánto ESMAD van sacar para seguir maltratando, mutilando y asesinando gente. El pueblo quiere paz y soluciones ya.
Después de una larga vida de miseria y desesperanza, ahora que nos estamos conociendo, que nos estamos uniendo ¿qué tenemos que perder? no tenemos ni tierra, ni derechos, ni futuro, solo tenemos nuestra dignidad, el amor a nuestra patria y los sueños en el futuro.
El Presidente Santos, el día de su posesión, en un discurso difuso, contradictorio y falaz , más de una vez cogió a nuestra paloma de la paz del cuello y la desplumó sin pesar alguno. El pueblo eligió la paz con justicia social y si no la conseguimos en las urnas la lucharemos en las calles, queda advertido señor presidente!!!
Estos sectores agrarios, étnicos y populares exigen que el presidente cumpla las promesas de campaña, los acuerdos, pero ante todo, que tenga los pantalones para hacer la paz, porque si para la guerra se necesita valentía, para la paz se necesita mucho más: berraquera, inteligencia y amor.
Santos ganó en segunda vuelta apoyado por la izquierda, los campesinos y todos los colombianos valientes y coherentes que hartos de la guerra le apostamos a un proyecto que sea el inicio de un cambio social para alcanzar una Colombia en paz, prospera y justa.
Pero eramos conscientes que quien subía al poder era Juan Manuel Santos, representante de una rancia oligarquía que ha sumido al país en la desigualdad, la miseria y la guerra que sufrimos hoy. La misma oligarquía que ha vendido, y sigue vendiendo, nuestros recursos sin importarle el medio ambiente o la cultura, que ha acudido a los asesinatos selectivos, las torturas, las masacres y al terror. Esa oligarquía asesina y apátrida que ha descuartizado el país y lo ha llenado de sangre, dolor y odio.
Esto no quiere decir que el presidente Santos tenga la sartén por el mango. Lo que esto significa es que está comprometido con un pueblo que está decidido, sumergido y entregado a procesos de organización y unión, despierto y sediento de paz. Ya es hora que Santos se baje de la nube y sea consciente que los colombianos no votaron por él sino por la paz. Lo que presenciamos no fue una elección presidencial, fue un referendo en el que el pueblo colombiano optó por construir la paz, pero paz con justicia social.
El pueblo no va a esperar pacientemente otros 204 años, ni siquiera otros 12 años. Al pueblo no le importa cuánta represión halla, cuántos discursos guerreristas de Pinzón, cuánto ESMAD van sacar para seguir maltratando, mutilando y asesinando gente. El pueblo quiere paz y soluciones ya.
Después de una larga vida de miseria y desesperanza, ahora que nos estamos conociendo, que nos estamos uniendo ¿qué tenemos que perder? no tenemos ni tierra, ni derechos, ni futuro, solo tenemos nuestra dignidad, el amor a nuestra patria y los sueños en el futuro.
El Presidente Santos, el día de su posesión, en un discurso difuso, contradictorio y falaz , más de una vez cogió a nuestra paloma de la paz del cuello y la desplumó sin pesar alguno. El pueblo eligió la paz con justicia social y si no la conseguimos en las urnas la lucharemos en las calles, queda advertido señor presidente!!!
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