Noticia
Tomada de El Heraldo
Por Paula Sierra
Foro el jueves y viernes en Barranquilla sobre punto pendiente en La Habana.
“Ha llegado la hora de las víctimas (...) No hemos venido a La Habana a negociar sus derechos, sino a acordar cómo el Gobierno y las Farc les responderán para garantizar verdad, justicia y reparación, y aseguramos que el dolor y la tragedia que vivieron no se vuelva a repetir”, afirma Humberto de la Calle, jefe negociador de la comisión gubernamental.
Discutir este tema ha sido calificado como un “paso histórico” porque es la primera vez que, en el marco de una negociación de paz, se toman en cuenta las víctimas para garantizar sus derechos por parte de los victimarios.
Si bien los negociadores de las Farc en Cuba, donde mañana comienza un nuevo ciclo de diálogos, han mostrado cierta “voluntad” para reconocer a los afectados del conflicto, la expectativa de la sociedad y de las mismas víctimas es grande.
Las dos delegaciones manifiestan que han trabajado por separado y que ya cuentan con una serie de planteamientos para discutir en la mesa, pero las propuestas no solo las harán los guerrilleros y el Gobierno. Debido a las exigencias de quienes han sufrido las consecuencias de la violencia, un grupo de víctimas viajará a La Habana para participar del debate.
Además, desde el pasado 4 de julio por petición del Gobierno y las Farc, el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional –dirigido por Alejo Vargas– y la Oficina de las Naciones Unidas en Colombia –bajo la jefatura de Fabrizio Hochschild–, realizan cuatro foros regionales. El objetivo es que las víctimas también presenten iniciativas concretas que serán entregadas a los negociadores en Cuba, a fin de que las tengan en cuenta al momento de un acuerdo.
El próximo encuentro, este jueves y viernes en Barranquilla, reunirá a afectados del conflicto en la Región Caribe.
En entrevista con EL HERALDO, Hochschild dijo que la situación de las víctimas en el país “es compleja” porque, “si bien hay un mayor reconocimiento y visibilidad, el número es enorme y sigue creciendo”.
Las cifras oficiales calculan que entre 1985 y 2014 el conflicto en Colombia ha dejado 6.231.617 víctimas, en su mayoría desplazados.
El jefe de la ONU afirma que, además de lo sucedido en el pasado, hoy la acción de grupos que aparecieron luego de las AUC “ha desatado un fenómeno de desplazamiento urbano”.
Para Hochschild “es fundamental” que las víctimas sean reconocidas en la negociación, con el fin de “evitar nuevas generaciones vulnerables“ y “garantizar una fórmula de justicia que lleve a un proceso de posconflicto donde la reconciliación sea el eje”.
Resalta que los afectados “no son grupos homogéneos” y por tanto hay una “diversidad de propuestas”, pero que existen temas “transversales”. “La verdad es una de las peticiones que más reclaman las víctimas y, de paso, cierta humildad de los victimarios frente al reconocimiento del sufrimiento que les han causado, así como el pago de sus crímenes (...). Otro tema importante es la reparación y tenemos propuestas para mejorar la Ley de Víctimas, agilizar su implementación y ampliar el alcance”, sostiene Hochschild.
A su juicio, uno de los retos fundamentales del Estado es “facilitarles a las víctimas que lideren el cambio de un país en conflicto a uno que inicie un capítulo de crecimiento y desarrollo (...), con una reconexión del tejido social y donde los civiles estén satisfechos en términos de verdad, justicia y garantías de no repetición”.
En cuanto a la conformación de una Comisión de la Verdad, opina que este es un asunto “inevitable y necesario”, y enfatiza que el desafío estará en definir “cuál será su relación con los procesos judiciales y cómo se garantizará que funcione desde lo territorial, para que no sea un espacio centralizado”.
Por su parte, Alejo Vargas resalta que en el pasado las víctimas “no estaban en la agenda y la única solución que se planteaba era de tipo jurídico con amnistías e indultos”.
Argumenta la necesidad de una “Comisión de Esclarecimiento Histórico” que ayude a definir “cuál es el momento de inicio del conflicto armado (...) porque La Ley de Víctimas solo las reconoce a partir de 1985”. Frente a la reparación, sostiene que este es un “tema variado”, pues dependiendo del tipo de víctima y su victimario “podemos hablar de una dimensión simbólica, de orden social y en algunos casos pecuniario”.
Dice que el Estado debe considerar que “debido a que se trata de una población con múltiples vulnerabilidades, cada caso requiere tratamientos distintos”.
En este sentido Vargas precisa: “Para construir la paz nos interesa que las víctimas sean un factor relevante en la discusión de los acuerdos y en el posconflicto (...) y que se les garanticen sus derechos, empezando por el reconocimiento sin importar quién es el victimario, si la guerrilla, los grupos paramilitares o agentes del Estado”.
Comentarios
Publicar un comentario
Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.