Reportaje
Por: David Chuquilla
“Al cumplir los 15 años vivía en una cuna de oro, donde todo
parecía bonito. Se perdió todo en Colombia, mi padre fue amenazado de muerte y
tuvimos que desplazarnos a Ecuador. Con mi familia pasamos circunstancias
dolorosas por tratar de rehacer otra vida en un nuevo país. En Colombia, con mi
familia, vivíamos felizmente, mi padre trabajaba juiciosamente. Pero un día
empezábamos a recibir amenazas de que mi padre les debía dinero a unos empresarios
que actuaban al margen de la ley. En ese entonces, 2010, mi padre resolvió que
debíamos migrar a San Lorenzo de Onzole. Cuando llegamos fue muy difícil, mis
padres no podían encontrar trabajo.” Brigette junto con su familia al primer
día que llegaron no tuvieron donde dormir, pero consiguieron una finca cercana
donde pudieron encontrar refugio. “Empezamos de cero fue difícil, pero nosotros
continuamos en la dura batalla por la supervivencia y seguridad.” Ella recuerda
que las personas le cerraban las puertas solo por ser colombianos.
Creo
que los desplazados por la violencia y el conflicto interno, en Colombia, les resulta fácil ingresar por
la frontera norte de Esmeraldas, desde el Municipio de Tumaco hasta el sector
del cantón San Lorenzo, cuenta con nostalgia Yasmine G. que abandonó su residencia en Villavicencio, “éramos
discriminados, no teníamos documentos de refugiado en Ecuador, me sentía
triste, sentía que me ahogaba que deseaba regresar nuevamente a mi país.”
Yasmine,
mama de Brigette, y su familia lograron obtener las cédulas de refugiados. Ellos
emprendieron un negocio en San Lorenzo “Delicias de mi tierra”, una heladería
donde progresaron económicamente.
Por dos
años se establecieron en el cantón San Lorenzo con el negocio; pero el árbol de
la familia decayó, su padre empezó a ser agresivo y empezaron los problemas
intrafamiliares. Brigette cuenta que su padre se fue como si nada, por lo que
resolvieron retornar nuevamente a
Colombia.
Desde
el año 2000, la ACNUR trabaja en Ecuador apoyando al Estado ecuatoriano para proteger
a la mayor población refugiada, compuesta en gran mayoría por personas que
huyen del conflicto armado interno del vecino país Colombia.
Según
la Acnur el 54% de las personas refugiadas,
en Ecuador, viven en áreas urbanas mientras el 46% restante permanece cercano a
la frontera.
En
las provincias de la frontera norte de Ecuador con Colombia, que abarca 585 km.
desde la Amazonía hasta el Pacífico, solo hasta septiembre de 2013, el Estado
Ecuatoriano ha reconocido a 54.865 personas refugiadas en el país en torno al
38% del total en el país, desde el año 2000, en que había 390 refugiados.
170.965 personas han solicitado refugio en el Ecuador, de las cuales el 23% son
niños, niñas y adolescentes.
Jeison
Ospina, que está en situación irregular en el país de Ecuador, sostiene que se le
terminó sus días de permanencia como turista, busca asesoramiento legal de cómo
legalizarse en el país. Él, como muchos otros colombianos en situación
irregular, manifiesta que el Ecuador es un país de oportunidades.
“Ecuador
es un país de tranquilidad, armonía,
donde se respira paz, no como en mi país, Colombia, que hay mucha violencia sin
oportunidades de trabajo”, decía Jeison, que trabaja en la ciudad de Quito como
bartender en Tequila Sunrise.
Jeison
dejo atrás Colombia, él busca un estilo de vida mejor. Migró a San Lorenzo y
por las pocas oportunidades tuvo que migrar hasta Quito. Él replicó que se
siente explotado, pero a diferencia de
Colombia su salario es mejor.
Los
principales departamentos de origen de los refugiados en estas zonas son Nariño
(24%), Putumayo (20%), Valle del Cauca (14%) y restantes (42%).
Alrededor del 60% de los
solicitantes de asilo en Esmeraldas se consideran afro-colombianos. En Carchi,
60% de la población refugiada vive en el sector rural, al igual que en Sucumbíos.
Cerca de 4.000 personas de la nacionalidad indígena Awá viven en comunidades de
frontera en Esmeraldas, Carchi e Imbabura.
Las
estadísticas demuestran que los departamentos colombianos fronterizos con
Ecuador: Nariño, Putumayo y Amazonas son algunas de las zonas más afectadas por
el conflicto interno en Colombia.
Tiobaldo
G., que reside por 10 años en Quinindé, provincia de Esmeraldas, profundizó que
cuando vivía en Tumaco, Colombia, la situación era tensa, caminaba con inseguridad
en las calles, miraba como las denominadas bandas criminales eliminaban a personas
por ganar terreno en el narcotráfico. Esa realidad provocó que abandone su
residencia.
“Cuando
llegue a Quinindé, empecé en trabajos de campo, posterior continúe como albañil
y labores de pintura”, él logró salir adelante económicamente por su familia,
que también abandonaron su país. Con tristeza recuerda que dejaron sus
parientes y familiares por empezar una nueva vida. En su memoria invade que sus hermanos
colombianos frente al conflicto interno colombiano se desplazan hasta la
frontera sur de Colombia, muchos de ellos buscan refugio en Ecuador, porque
garantiza su seguridad.
Ecuador
ratificó la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, en 1958, y
su Protocolo Adicional de 1967, en 1969. Estos instrumentos están reglamentados
en el Decreto Presidencial No. 1182, de 30 de mayo de 2012, que regula el
sistema de refugio en el país. Este decreto eliminó la definición de refugiado
contenida en la Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984 que era parte
del anterior Decreto Presidencial No. 3301, hoy derogado.
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