Análisis
Tomado de Delegación de Paz de las FARC-EP
Por Sergio Marín
El 14 de marzo de 1883 a las 2:45pm falleció el más grande de los pensadores revolucionarios de la historia. Carlos Marx había nacido 65 años antes en Tréveris, ciudad de la Prusia renana (hoy Alemania). Abogado y filósofo de admirable capacidad para el análisis crítico, y dotado de una extraordinaria sensibilidad social, no solo supo interpretar de forma multilateral, y por lo demás magistral, la realidad de su tiempo, y desentrañar las leyes más generales del desarrollo de la materia, la sociedad y el pensamiento, sino sobre todo, ser consecuente toda su vida en la lucha por "Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella" como lo recordara su entrañable amigo y camarada Federico Engels en su sepelio.
Hoy 131 años después, Marx es recordado con admiración por los trabajadores del mundo entero como precursor de todas las revoluciones contemporáneas. No es posible sino al precio de violentar la honestidad intelectual hasta trastocarla indecentemente en la más vulgar de las mentiras, olvidar - o pretender que se olvide- que con la fuerza de sus ideas y el brillo de su ejemplo se levanto el pueblo parisino en 1871 y a partir de la majestuosa síntesis de su obra, realizada por ese otro gigante que fue Lenin, realizar la gloriosa revolución rusa de 1917 y todas las demás revoluciones socialistas hasta nuestros días.
«Se puede afirmar que Marx es el autor intelectual de todas las victorias de los pueblos en el siglo XX y lo que va corrido del XXI»
La larga lucha por la independencia nacional, la descolonización de todos los países de África, Asia y América Latina, las grandes conquistas de la clase obrera, las reformas agrarias, el avance de las mujeres, la lucha contra el racismo y los regímenes de apartheid y el combate por un mundo de paz y progreso, estos y otros fenómenos socio-políticos no pueden entenderse, ni mucho menos explicarse, sin recurrir a su pensamiento.
El surgimiento de las FARC-EP precisamente es resultado del feliz encuentro del movimiento agrario revolucionario colombiano con la ideología de la clase obrera: el marxismo-leninismo, guía fecunda en los 50 años de nuestra rica historia. El planteamiento programático, la estrategia y las tácticas político-militares farianas tienen su firma, como la tiene también nuestra decida lucha por la paz democrática con justicia social.
Marx vive en los sueños de una Colombia Nueva presente en la mente y en los corazones de la clase obrera y de todas y todos los trabajadores de nuestra patria. Para las guerrilleras y los guerrilleros de las FARC-EP su nombre es símbolo imperecedero de la victoria que vendrá, porque nosotros, al igual que él, estamos convencidos que no basta con interpretar el mundo de distintas formas, de lo que se trata es de transformarlo... y en esas andamos.
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