Análisis
Por Marco León Calarcá - Delegación de Paz de las FARC-EP
«No es el terror la forma de acallar la protesta social, de derrotar la resistencia popular. Solo la Paz con justicia social superará esta situación»
Reverdece la amenaza como herramienta de terror, como violenta forma de persuasión. Los “rastrojos”, “Las águilas negras” ponen precio a las vidas de líderes, hombres y mujeres que mantienen en alto, con firmeza y dignidad, la bandera de la paz con justicia social, como quienes son nombrados en la nefasta lista divulgada en días anteriores.
La solución de las causas generadoras del conflicto económico, político, social y cultural, es decir la construcción de la paz con justicia social es motor de la resistencia popular.
Al tiempo que las mayorías exigen la paz; marchan, debaten y proponen para alcanzarla y con el mismo propósito en La Habana funciona la Mesa de conversaciones entre las FARC-EP y el gobierno colombiano; encontramos la obstinada actitud contraria, de saboteo y satanización, de los enemigos de la reconciliación y la reconstrucción de la patria, aquellos que se lucran de la guerra, en lo política y en lo económico, a través de negociados y corrupción. Son ellos y su actuar el obstáculo a superar.
Así es imposible la Paz. Mientras no se garantice la vida. Mientras se siga considerando como enemigos a quienes piensen diferente y propongan alternativas de desarrollo contrarias a la oficial. Mientras sectores del establecimiento colombiano mantengan como herramienta el paramilitarismo, no importa el nombre que utilicen. Mientras el terror se considere instrumento de disuasión.
Es historia, “las exhaustivas investigaciones hasta las últimas consecuencias”, nada resuelven en la práctica, tampoco los vehementes rechazos por parte de voceros de los gobiernos, mucho menos los esquemas de seguridad. Por tanto pierde el tiempo el gobierno y su mininterior Irragori con declaraciones aparentemente muy sentidas, pero poco creíbles, sobre todo nada prácticas.
También es historia la ligazón estructural de sectores del establecimiento, del Estado y los diferentes gobiernos con el paramilitarismo, desarrollado como elemento de dominación política.
El mundo entero sabe de la importancia de crear un medio ambiente favorable a la construcción de la paz. Nuestra América proclamada territorio de paz. Gobiernos y pueblos del mundo solidarios con el noble propósito.
Y en ese sentido, la guerrilla envía mensajes inequívocos de su voluntad y compromiso con las treguas decretadas, las propuestas mínimas dirigidas a encontrar y construir acuerdos, entre otros gestos.
De parte del gobierno colombiano las señales no son las mismas, permitir impunemente el accionar de los grupos paramilitares, encarcelar dirigentes sociales, reprimir con violencia la resistencia popular, entre muchas otras cosas, no favorece en la construcción de vías hacia la reconciliación y la construcción.
«No es el terror la forma de acallar la protesta social, de derrotar la resistencia popular. Solo la Paz con justicia social superará esta situación»
Reverdece la amenaza como herramienta de terror, como violenta forma de persuasión. Los “rastrojos”, “Las águilas negras” ponen precio a las vidas de líderes, hombres y mujeres que mantienen en alto, con firmeza y dignidad, la bandera de la paz con justicia social, como quienes son nombrados en la nefasta lista divulgada en días anteriores.
La solución de las causas generadoras del conflicto económico, político, social y cultural, es decir la construcción de la paz con justicia social es motor de la resistencia popular.
Al tiempo que las mayorías exigen la paz; marchan, debaten y proponen para alcanzarla y con el mismo propósito en La Habana funciona la Mesa de conversaciones entre las FARC-EP y el gobierno colombiano; encontramos la obstinada actitud contraria, de saboteo y satanización, de los enemigos de la reconciliación y la reconstrucción de la patria, aquellos que se lucran de la guerra, en lo política y en lo económico, a través de negociados y corrupción. Son ellos y su actuar el obstáculo a superar.
Así es imposible la Paz. Mientras no se garantice la vida. Mientras se siga considerando como enemigos a quienes piensen diferente y propongan alternativas de desarrollo contrarias a la oficial. Mientras sectores del establecimiento colombiano mantengan como herramienta el paramilitarismo, no importa el nombre que utilicen. Mientras el terror se considere instrumento de disuasión.
Es historia, “las exhaustivas investigaciones hasta las últimas consecuencias”, nada resuelven en la práctica, tampoco los vehementes rechazos por parte de voceros de los gobiernos, mucho menos los esquemas de seguridad. Por tanto pierde el tiempo el gobierno y su mininterior Irragori con declaraciones aparentemente muy sentidas, pero poco creíbles, sobre todo nada prácticas.
También es historia la ligazón estructural de sectores del establecimiento, del Estado y los diferentes gobiernos con el paramilitarismo, desarrollado como elemento de dominación política.
El mundo entero sabe de la importancia de crear un medio ambiente favorable a la construcción de la paz. Nuestra América proclamada territorio de paz. Gobiernos y pueblos del mundo solidarios con el noble propósito.
Y en ese sentido, la guerrilla envía mensajes inequívocos de su voluntad y compromiso con las treguas decretadas, las propuestas mínimas dirigidas a encontrar y construir acuerdos, entre otros gestos.
De parte del gobierno colombiano las señales no son las mismas, permitir impunemente el accionar de los grupos paramilitares, encarcelar dirigentes sociales, reprimir con violencia la resistencia popular, entre muchas otras cosas, no favorece en la construcción de vías hacia la reconciliación y la construcción.
El asesinato selectivo con fines de terror nunca se desactivó. Los montajes de inteligencia para el empapelamiento de dirigentes populares tampoco. La farsa jurídica dirigida a encarcelar a quienes resisten y luchan por cambios reales se mantiene. El estigmatizador bombo mediático no se acalla
No es el terror la forma de acallar la protesta social, de derrotar la resistencia popular. Solo la Paz con justicia social superará esta situación.
El pueblo organizado sigue empujando y exigiendo soluciones reales a las causas económicas, sociales, políticas y culturales de la confrontación.
El asesinato selectivo con fines de terror nunca se desactivó. Los montajes de inteligencia para el empapelamiento de dirigentes populares tampoco. La farsa jurídica dirigida a encarcelar a quienes resisten y luchan por cambios reales se mantiene. El estigmatizador bombo mediático no se acalla
No es el terror la forma de acallar la protesta social, de derrotar la resistencia popular. Solo la Paz con justicia social superará esta situación.
El pueblo organizado sigue empujando y exigiendo soluciones reales a las causas económicas, sociales, políticas y culturales de la confrontación.
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