Análisis
Tomado de Cambio Total
Por Allende La Paz
Ante las presiones de los « enemigos de la Paz » y los halcones guerreristas extranjeros, los colombianos debemos desarrollar acciones positivas en el marco de las movilizaciones populares. Se trata de darle a la Mesa de La Habana un explícito mandato para alcanzar la Paz, el cual debe estar por encima del debate electoral y de los palos que colocan en la rueda de la Paz los sectores caraterizados « enemigos de la Paz ».
Ese « Mandato por la Paz » deberá asegurar que las dos partes enfrentadas –guerrilla de las FARC-EP y estado colombiano- seguirán en el proceso de Paz hasta alcanzar la solución política del conflicto Interno y mucho más allá, lo cual se traduciría en una política estatal de Paz. Sabemos la costumbre inveterada de la oligarquía en el poder –por ahora- de patear la Mesa de Conversaciones cuando las cosas no salen de acuerdo con su querer egoísta.
De igual manera, el « Mandato por la Paz » contemplaría un cese de fuegos bilateral que pare la demencial posición del gobierno de luchar en medio de la guerra, lo cual se traduce en un escalamiento del conflicto y más muertes innecesarias si de verdad se quiere buscar una solución política al Conflicto Interno.
Que las FARC-EP no han sido derrotadas lo demuestra el estudio sobre los dos Cese de Fuegos Unilateral decretados por las FARC, el cual demostró que la guerrilla fariana está fortalecida y que sus acciones tienen un peso específico en la confrontación, al tiempo que demostró la unidad de mando del SecretariadoNacional sobre la guerrillerada y su confianza total y absoluta sobre la política que ellos mismos han ayudado a crear en su vida guerrillera.
No son desdeñables unas cifras de bajas al enemigo de clase de las guerrillas de las FARC-EP que alcanzan la cifra de 25.000 militares dados de baja y 100.000 heridos. Desconocer el poder de la guerrilla es el mayor acto de inhumanidad de los gobiernos oligárquicos a quien no le duele ni pizca que quienes los defienden –hijos del pueblo- caigan en la confrontacion, porque precisamente en esos números no hay ningún hijo de la oligarquía, quienes no van a la guerra.
El Mandato por la Paz, entonces, debe contemplar que si el gobierno patea la Mesa, el pueblo colombiano en su conjunto autoriza a las FARC-EP a que, en compañia de las organizaciones populares, desarrolle el más grande y definitivo esfuerzo por construir un Nuevo País, con Nueva Constitución y Nuevas Instituciones, y evidentemente con soberanía nacional. Ese esfuerzo, si el estado burgués se niega a ceder su puesto, deberá desarrollar acciones político-militares, a fin de cumplir con el Mandato entregado.
Con ello, le cerraremos el paso a las maniobras de la oligarquía que ante el inminente desastre electoral de la derecha y la ultra derecha, preparan alfiles políticos de recambio –no necesariamente de sus huestes-, y están mal inviertiendo ingentes cantidades de dinero en la compra de armamento a los Estados Unidos de Norteamérica, agotando los fondos estatales para adelantar los programas que nazcan de un eventual Acuerdo en La Habana.
Nuestro pueblo continuará sus movilizaciones y desarrollará al tiempo el Mandato por la Paz. De eso a nadie debe quedarle la más mínima duda.
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