Análisis
Colombia Soberana
Por
Jaime Barreneche López - Para la Columna Agraria del Raudal
En el marco de la
conmemoración el 25 de noviembre como día internacional de LA NO VIOLENCIA
CONTRA LAS MUJERES, institucionalizado como tal por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, en diciembre de 1999, y como recordatorio en esa fecha del
asesinato en República Dominicana de las hermanas Miraval, María Teresa,
Mirerva y Patria, ordenado por el dictador derechista de ese país, Rafael
Leonidas Trujillo, en 1960. Este crimen de estado, común en nuestra América,
dominada por el imperio norteamericano, perpetrado contra tres jóvenes mujeres
activistas de la oposición política contra el régimen de Trujillo, sea
convertido en el referente histórico de la participación valerosa de las
mujeres en los procesos sociales de resistencia contra la opresión de los
regímenes locales y la dominación extranjera, ejemplo de los que tenemos
numerosos en nuestra historia colombiana: Policarpa, Antonia Santos, Mercedes
Abrego, Manuela Sáenz y muchas otras que fueron protagonistas de capítulos
heroicos durante la gesta de nuestra primera independencia y precursoras de las
miles de mujeres que en la actualidad forman parte de las que hoy se integran
en las diferentes formas de lucha por la segunda y definitiva independencia
fortaleciendo con su presencia el ascenso vertiginoso del movimiento
social político del pueblo colombiano en
su lucha por la paz con justicia social.
En este contexto, el 22 de
noviembre pasado nuevamente la plaza de Bolívar de la capital de la República,
fue el escenario donde se encontraron miles de mujeres provenientes de todas
las regiones del país, especialmente de organizaciones agrarias, que vinieron
una vez más a manifestar su apoyo al proceso de paz y en contra de la
prolongación de la guerra mediante un acuerdo que inicie una etapa de solución
política al conflicto social con expresión armada que durante medio siglo ha
sido la característica predominante de la historia en Colombia. Ellas son
expresión concreta de la necesidad de cesar la guerra, creando las condiciones
para el transito definitivo hacia un país en paz con justicia social.
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