Análisis
Tomado de Semana
Gabriel Silva Luján dice que el expresidente le recuerda al capo del narcotráfico.
Exministro de Uribe lo compara con Pablo Escobar. Silva Luján lanzó su ataque en su columna de opinión, que pública habitualmente los lunes en las páginas editoriales del diario El Tiempo.
Silva Luján lanzó su ataque en su columna de opinión, que pública habitualmente los lunes en las páginas editoriales del diario El Tiempo.
El exministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez y exembajador de Colombia en Washington, Gabriel Silva Luján, comparó al exmandatario con el capo del narcotráfico y jefe del Cartel de Medellín, Pablo Emilio Escobar Gaviria. La durísima relación la hizo a propósito de lo ocurrido hace unos días en la convención del Uribe Centro Democrático en la que se eligió a su candidato presidencial Oscar Iván Zuluaga.
Silva Luján lanzó su ataque en su columna de opinión, que pública habitualmente los lunes en las páginas editoriales del diario El Tiempo. Esta última la tituló: El Patrón, que era el alias con el que se conocía al barón de la droga que impuso su reinado de terror especialmente en la década de los 80.
"Todo lo ocurrido con el Uribe Centro Democrático en las últimas semanas recuerda a la serie El patrón del mal, que relata la vida y obra de Pablo Escobar Gaviria, primo hermano de José Obdulio, estratega del hoy candidato –en cuerpo ajeno– Álvaro Uribe Vélez", dijo.
Entonces argumentó: "Empecemos por el tema de las reglas de juego que supuestamente se habían acordado para definir quién sería el candidato de dicho movimiento. De una competencia abierta y democrática, en la que el electorado afecto al uribismo podría escoger entre los precandidatos, se pasó, de la noche a la mañana, al sistema, cerrado y oscuro, de una convención organizada a las patadas. ¿Quién dio la orden? Pues el Patrón".
También añadió: "La convención uribista nos recordó que, como en el caso de Pablo Escobar, quien no jure fidelidad es hombre “muerto”. Las palabras que se usaron son del mismo calibre de las que imperan en los códigos de la mafia. Hubo una emulación no de ideas sino de servilismos. Aun cuando se sabía de antemano qué era lo que iba a pasar, los precandidatos desfilaron presentando examen de lealtad y dando su palabra de que nunca “traicionarían” al Patrón". Y relató: "Óscar Iván, como un lorito, anda ya repitiendo el mantra del Patrón. Sin percatarse de que Uribe, debajo de la manga, tiene un comodín por si las cosas no le salen bien o si logra convencer a Luis Alberto Moreno o al general Naranjo de que acepten sus insistentes esfuerzos de seducción".
"Si se mira el proceso de selección de la lista al Senado del uribismo, nada puede ser más autoritario que eso. El equipo con el que quiere llegar Uribe al Senado –quien además todavía no contesta si realmente va a ocupar la curul o es solo un truco para conseguir votos– es una banda de áulicos que se distinguen por tener nexos con los uribistas ‘purasangre’ –como de hecho se llaman a sí mismos– y por hacer juramentos de castidad uribista hasta la muerte. Son la guardia pretoriana del Patrón", escribió.
Para Silva Luján: "El último episodio de egolatría y de la actitud mafiosa es pretender que la foto de Uribe sea el símbolo del partido. Es lo más parecido al nazismo y el fascismo, donde el dictador siempre manda y solo él puede erigirse como representante incuestionado de sus huestes. El Patrón cree que su cara es lo que importa, y sus borregos aceptan la humillación de que nada de lo que son o pueden aportar sea relevante. Solo existe el caudillo".
Y, por si fuera poco Silva Luján quien fue ministro de Defensa en el Gobierno de Uribe, hizo un sombrío pronóstico: "Afortunadamente, la gente no es boba y, por más que intenten darle visos de legitimidad al dedazo de Uribe, es evidente lo que le pasaría al país si llegase a ser elegido Uribe en cuerpo ajeno. Nos espera un país a merced de lo que decida el Patrón. Y eso desembocaría en una nueva guerra civil".
Comentarios
Publicar un comentario
Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.