Análisis
Tomado de Cambio Total
Por Allende La Paz
No es lo mismo causa y consecuencia. Ni podemos juzgarlas igual. Si la causa y los causantes tienen una gran responsabilidad a la hora de analizar los fenómenos, esa responsabilidad se acrecienta hasta llegar al 80 o 90% cuando los causantes son los máximos violadores de derechos humanos, tanto en cantidad de actos violatorios como en la calidad de la sevicia conque son cometidas las violaciones.
En Colombia la oligarquía y el imperio –causantes- adelantan una guerra contra el pueblo desde 1964 –aunque el fenómeno data desde antes de 1948-, la cual ha arrojado más de 500.000 muertos, 75.000 desaparecidos -18.000 forzados dice la propia Fiscalía estatal-, 4.000 masacres, incontanbles ejecuciones extrajudiciales, y caso 6 millones de desplazados forzados internos y externos.
Se demuestra así que en tanto las guerrillas nunca tuvieron como estrategia afectar a la población civil, la contraparte gubernamental adelantaba estratégicamente el Terrorismo de Estado para implantar sus planes militares y económicos. Ello es más claro al analizar e Informe Basta Ya !, que con mala contabilidad y el maquiavelismo de tratar de excusar al estado, patentiza que las violaciones de los derechos de los colombianos –en primer lugar el derecho a la vida- son realizados por los agentes estatales muy por encima del 75%.
Los planes militares entregados por el imperio a la oligarquía –LASO, Estatuto de Seguridad, Guerra Integral de César Gaviria, Plan Colombia y sus fases Colombia, Patriota y Consolidación- tenían –y tienen- por objetivo implantar a « sangre y fuego » los planes económicos imperiales –ALCA, TLC y demás-, al tiempo que adelantaban estratégicamente el desplazamiento forzoso para la tenencia latifundista de la tierra para adelantar los megaproyectos de los « empresarios » del campo como la ganadería extensiva y la produccción de biocombustibles a partir de la palma africana, por ejemplo.
Por ello, el Estado y su gobierno tiene y debe pedir perdón a las víctimas de verdad verdad. No con posiciones farisaicas, no de dientes para afuera, sino pedir un perdón que signifique no volver a repetir su accionar criminal como forma de contricción. Desde luego que juega un papel importante el resarcimiento del honor de las víctimas y el pago de obligaciones económicas a que hubiere lugar.
La guerrilla por su parte también lo haría en los casos en que se compruebe la inocencia de las víctimas y que éstas no estaban comprometidas en la guerra como parte de ella. Hablamos de clarificar los miles de casos de ganaderos, empresarios, etc, que violaban los derechos laborales de sus trabajadores y sus derechos humanos de personas que no estaban inmersos en el conflicto interno, convirtiéndose en víctimas del accionar criminal de los usufrutuarios de la guerra y por ello recibían de parte de las guerrillas el tratamiento de enemigo de clase.
El perdón, para ser real y efectivo, tiene que partir de la base de la sinceridad del victimario y de la disposición de las víctimas a otorgarlo. Si vemos los perdones que ha pedido el gobierno veremos que adolecen de sinceridad. Máxime cuando sigue practicando las mismas doctrinas que le han dado sustento al Terrorismo de Estado. Por descontado que las víctimas y su familia serán liberadas de la carga de culpa cuando se realice el acto del perdón. Lo cual naturalmente no significa amnesia o liberación de la culpa de los victimarios. Significa un acto de liberación y de reconciliación.
Con la propuesta del senador Cristo y del minInterior Carrillo no estamos transitando hacia la reconciliación, sino hacia una carga mayor de culpa al tratar de manipular a una parte de las víctimas en contra de las guerrillas. Error fundamnetal que demuestra que el gobierno carece de disposición para superar el Conflicto Interno.
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