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Las Cifras del Informe Basta Ya!



Análisis
Tomado de Cambio Total
Por Verdad Abierta




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La cifra del informe general sobre el conflicto armado colombiano contemporáneo que presentó hoy a la sociedad el Grupo de Memoria Histórica es aterradora: 220.000 personas asesinadas en el conflicto armado en los últimos 55 años.

Este informe llega como el cierre de un ciclo del trabajo del GMH, después de completar 14 volúmenes que exploran cada uno tragedias específicas o temas transversales y que el país viene leyendo desde hace un lustro. Para llegar a esta cifra escalofriante, el Grupo de Memoria Histórica recopiló y cruzó la información de instituciones oficiales, ONG, entidades privadas y de los propios informes publicados en años anteriores.

El informe tiene cinco capítulos: uno primero que devela la dimensión de la tragedia con un trabajo integral de recopilación de las cifras de la guerra y sus secuelas sobre la población civil, que es sobre el cuál VerdadAbierta.com ha construido este reportaje animado. En los capítulos segundo y tercero, el GMH hace un recorrido histórico y analítico sobre cuál fue la política y cuál la justicia que le dieron contexto a esta violencia desaforada. Y la pregunta que buscaron responder siempre fue: cómo un país democrático, con instituciones relativamente sólidas pudo permitir que sucediera  semejante carnicería durante tantos años.

El cuarto capítulo desmenuza y reflexiona cómo fueron las modalidades de la criminalidad y del terror en esta guerra, y de qué manera han tenido y siguen teniendo impactos sobre la población civil, que fue la que puso la mayor cantidad de víctimas (en comparación con los combatientes caídos). Las víctimas civiles van desde personas que nunca más pudieron volver a reír, a otras que lo perdieron todo, hasta pueblos enteros que dejaron de participar e influir en la vida pública y colectiva porque el miedo y el trauma les dejó su ciudadanía inerme. El quinto capítulo son las víctimas las que recuerdan, las que hacen la selección de cómo y qué recordar y qué es necesario cambiar para que cese la guerra.

Como bien lo dice Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, el documento "no es una narrativa sobre un pasado remoto, sino sobre una realidad anclada en nuestro presente. Es un relato que se aparta explícitamente, por convicción y por mandato legal, de la idea de una memoria oficial del conflicto armado (…) El informe es un momento, una voz, en la concurrida audiencia de los diálogos de memoria que se han venido realizando en las últimas décadas. Es el "¡Basta ya!" de una sociedad agobiada por su pasado, pero esperanzada en su porvenir".
Como un aporte a la divulgación masiva de los hallazgos de este valioso documento, VerdadAbierta.com presenta, como se dijo arriba, un Reportaje Gráfico del primer capítulo del libro, que recoge las cifras del conflicto.

Haga clic en el menú de abajo de la imágen para acceder a la respectiva información y sus gráficos.

La historia del Horror

En su recién presentado informe, ¡Basta Ya!, el Grupo de Memoria Histórica (GMH) se aproxima a dar un número de víctimas directas en más de cinco décadas de conflicto armado de 220.000 personas asesinadas. La cifra resulta más tremenda si se tiene en cuenta que de éstos, la gran mayoría, 166.609 fueron víctimas civiles.

“La guerra colombiana no es una guerra de combatientes”, dice el análisis del GMH porque ha afectado y sigue afectando sobre todo a la población civil. “Tampoco es una guerra limpia o, al menos, regulada”, añade el informe porque ha sido demasiado larga, y la violencia que han empleado los actores se ha degradado al punto de romper los propios límites éticos y normativos de la guerra.

VerdadAbierta.com presenta este informe gráfico sobre el primer capítulo del Informe ¡Basta ya! del GMH que revela las dimensiones de la guerra colombiana, y las cifras del dolor.













Masacres y Secuestros

Dos crímenes se convirtieron en emblemáticos para la guerrilla y los paramilitares. En el caso de los primeros están los secuestros, para los segundos las masacres. Las cifras del informe ¡Basta Ya! indican que las guerrillas secuestraron a 24.482 personas (de un total de 27.023), mientras los paramilitares masacraron a 7.160 (de 11.751).

Estos fueron también los delitos de mayor impacto. Con los secuestros, las guerrillas llegaron no sólo a afectar la vida de miles de ciudadanos, si no que alcanzaron a descalabrar la producción nacional, espantar la inversión privada e incluso debilitar al gobierno. Con las masacres, los paramilitares dejaron en ruinas a millares de campesinos colombianos, obligaron a vaciar o silenciar pueblos enteros, y además sentaron una base de concentración de la riqueza e injusticia en la economía y la política colombianas. Las dos fuerzas con estas prácticas rebasaron cualquier límite ético, subieron los niveles de tolerancia a la crueldad de subieron los niveles de tolerancia a la crueldad de toda la sociedad.

Las cifras demuestran además que no fue, como han alegado muchos, que el desmadre secuestrador de las guerrillas produjo después la reacción masacradora del paramilitarismo. El incremento demencial de los dos delitos se dio en los mismos años, cuando la violencia del uno, motivaba la del otro, y la de la otro reforzaba la del primero en una espiral que hizo pico entre 2000 y 2002.

VerdadAbierta.com muestra aquí las cifras del informe ¡Basta Ya! sobre estos dos crímenes. Se ve la participación de los diferentes actores armados y el número de víctimas; y cómo evolucionaron estos delitos en línea de tiempo de los últimos 40 años.

Las Victimas Invisibles

El GMH explica que los actores del conflicto armado utilizaron los asesinatos selectivos, las pequeñas masacres (no más de seis personas) y las desapariciones forzadas con un doble propósito: sembrar el terror en las poblaciones, y a la vez, evitar que la magnitud de cada episodio violento llamara la atención de los medios o del gobierno. La lógica era, matar a tres no será noticia, pero igualmente silencia y permite dominar.

El informe ¡Basta Ya! calcula que los asesinatos selectivos dejaron 150.000 víctimas aproximadamente, los paramilitares cometieron 880 masacres pequeñas y que fueron desaparecidas entre 17.000 y 25.000 personas.

Muestra el informe que en realidad, algunos capítulos de esta violencia que registraron una sucesión de asesinatos como selectivos, en realidad, puestos juntos fueron una gran masacre. Así pasó en Trujillo (Valle del Cauca) y Segovia (Antioquia).

En el caso de las desapariciones forzadas los mismos victimarios, como el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, han dicho que esto era una política para encubrir las altas cifras de homicidios en ciertas regiones donde tenían gran influencia, con la complicidad tácita o explícita de miembros de la fuerza pública. También fue una práctica muy común antes del proceso de desmovilización y en el posterior rearme de algunos de esos grupos paramilitares.

El informe también muestra que la fuerza pública ha sido protagonista de esta práctica, entre 1982 y 1995 sectores radicales de esta institución la utilizaron como una respuesta a los procesos de paz de los gobiernos con la guerrilla y a la ampliación política y el fortalecimiento del poder civil que trajo la nueva Constitución. A mediados de la década pasada quedaron en evidencia los ‘falsos positivos’.

Aquí presentamos cómo fueron las lógicas de estos crímenes silenciosos y en qué magnitudes, según lo documentó el GMH en este informe.


Desplazamiento y despojo

Colombia marca el triste récord mundial del país con el mayor número de personas desplazadas por un conflicto interno: 5,7 millones de desplazados. Los peores años fueron entre 2000 y 2003, cuando fueron sacadas a la fuerza por los actores armados, o huyeron por miedo a caer en su garras, 300.000 personas cada año.

Dice el informe que “en Colombia, el desplazamiento forzado es un fenómeno masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran medida al control de territorios estratégicos. Esta última característica evidencia que, más allá de la confrontación entre actores armados, existen intereses económicos y políticos que presionan el desalojo de la población civil de sus tierras y territorios”.

El GMH señala como los principales responsables de desplazamiento durante los últimos diez años a los paramilitares, la guerrilla y el Estado, especialmente durante su última larga y cruenta ofensiva militar.

La peor consecuencia de los desplazamientos forzados, y de otros delitos como las amenazas y a las acciones bélicas, fue que 8,3 millones de hectáreas (358.937 predios) fueron despojadas o abandonadas por sus poseedores y dueños, según los datos recogidos por el GMH.

Esta presentación de VerdadAbierta.com muestra como ha sido la evolución de los desplazamientos forzados desde 1985 y la incidencia de los grupos armados en este delito.

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