Análisis
Colombia Soberana - Fensuagro
La noche del 19 de julio el
terror estatal recorrió las humildes calles de Campo Dos y Campo Tres,
corregimientos del Catatumbo a escasos kilómetros de Tibú. La alerta había
llegado desde días antes. La posibilidad de un posible desalojo de campesinos
de sus propias tierras por parte de la Policía y el Ejército era inminente.
El sobre vuelo de un
helicóptero y un avión militar a baja altura lo anunciaba, sumado a esto
estaban las declaraciones del Caracol de que había llegado “la hora cero”.
Llegaba el momento de la resistencia desde su propio hogar.
El temor por sus ancianos y
niños no frenaba el valor, es más la necesidad de defender sus seres queridos
del miedo, de salvar su integridad y su vida aumentaba la sed de resistencia,
su moral, sus valores, la defensa a su territorio.
La noche pasó lenta con una
sola falsa alarma, que dejo ver la valentía, las convicciones y la organización
de este pueblo por muchas décadas olvidado por el estado y explotado por las
multinacionales, un pueblo que lleva años solicitando al gobierno la
declaración de Zona de Reserva Campesina para proteger el medio ambiente, su
cultura, erradicar los cultivos de coca y tener por fin una vida digna y en
paz.
Ahora se espera que la
reunión con el Jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, y Juan Manuel Santos permita que el presidente
colombiano recapacite sobre esta operación militar, pero sobre todo, que
reconozca el Catatumbo como lo que es: Zona de Reserva Campesina.
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