Análisis
Tomado de Kaos en la Red
por Felipe Pineda Ruiz
La semana que acaba de terminar fue, a diferencia de las anteriores a nivel político singularmente detonante al ser sacudida mediáticamente por un toma y dame de pronunciamientos, respuestas y salidas desafortunadas entre el gobierno y la guerrilla: De un lado las declaraciones de Andrés Paris, miembro del comité negociador de las FARC en La Habana señalando que la principal guerrilla histórica no entregaría las armas posterior a la negociación sumadas a una serie de propuestas enfocadas a reformar la estructura del estado, del otro la respuesta de Juan Manuel Santos quien no dudo en señalar ante tales planteamientos: “Dijimos que no íbamos a discutir ninguna política pública, ninguna reforma fundamental del Estado”.
Paralelamente a lo que el país político discutía y que continúa ocupando las primeras planas y titulares de los medios masivos de comunicación, en el plano económico siguen manifestándose señales cada vez más evidentes de un lento deterioro de la actividad productiva e industrial, un retroceso en materia de empleo (Que ha traído como consecuencia un imparable aumento en las cifras de subempleo o empleo informal), un desajuste cada vez mayor en cuenta corriente y los primeros resultados lesivos para el sector exportador producto de los sucesivos TLCs.
El primer trimestre del año deja un saldo en rojo en Industria (-4%), Agricultura (Aumento de las importaciones en este rubro cercanas al 30%), Inversión extranjera (En descenso por la revaluación del peso colombiano frente al dólar) entre las más notorias. A mayo de 2013 según el Departamento Nacional de Estadística Colombiano, DANE, la tasa de desocupación se situaba en dos dígitos (10,2%), cifra que sigue siendo elevada comparada a los índices de desempleo de países de la región.
Sin embargo, lo preocupante del último aspecto mencionada no corre por cuenta del número de parados que la entidad oficial reseña sino por el número de personas incluidas en las estadísticas oficiales como activas laboralmente. Según el Ministerio del Trabajo, en Colombia el 68% de las personas que trabajan en el país lo hacen de manera informal (60% según la CEPAL y 80% de acuerdo a los números dela OIT) cifra que ha venido presentando un paulatino aumento a medida que la Industria ha entrado en retroceso.
Los sucesivos Tratados de Libre Comercio firmados por el presidente Santos han lesionado profundamente el aparato productivo nacional y el cierre de empresas nacionales no se ha hecho esperar: Ciudades como Cali ya empiezan a sentir los efectos de los primeros cierres (como la reciente clausura de la planta de Michelin) y otras como Bucaramanga (Cuyo sector productivo gira en torno a las pequeñas y medianas industrias del calzado en su mayoría) empiezan a percibir como la competencia desleal de calzado procedente de China puede a mediano plazo terminar de quebrarlos. Ni el dumping para frenar las cada vez más numerosas importaciones chinas cercano al 5% parece convertirse en un seguro salvavidas que proteja a la industria local, con una cadena productiva hasta hace poco sólida de la guerra de precios implantada por los importadores de zapatos chinos, muchos de estos negociantes nacionales que en ocasiones no dudan en exigir al fabricante foráneo incluir el patriótico Hecho en Colombia en la etiqueta. Esta actividad productiva, la del calzado ha mantenido a la “ciudad bonita” en los últimos tiempos como la menos desigual y con menores tasas de desempleo en el país.
Y si de Tratados de Libre Comercio se trata basta con analizar la tendencia de la balanza comercial entre Estados Unidos y Colombia desde el momento de firmado el acuerdo a la fecha: Mientras las exportaciones a Estados Unidos entre Mayo de 2012 y Marzo de 2013 decrecieron un 9,4% las importaciones en el mismo periodo aumentaron un 12,7%. El panorama Económico a pesar de los ríos de leche y miel que el gobierno Santos vende de cara al exterior (Reseñado por medios como The Economist) no parece alentador para el sector productivo y el mercado interno nacional, mucho menos en materia de generación de empleo y desarrollo industrial futuro.
Mientras en La Habana Gobierno y FARC hacen una negociación de micrófono abierto, el plano que afecta directamente el progreso, rumbo y futuro económico de las mayorías, que podría denominarse “Locomotora Productiva” según el eufemístico diccionario comunicativo santista sigue su declive sinuoso, a espaldas de la opinión pública.
Tomado de Kaos en la Red
por Felipe Pineda Ruiz
Mientras en La Habana el Gobierno Colombiano y las FARC hacen una negociación de micrófono abierto, el plano que afecta directamente el progreso, rumbo y futuro económico de las mayorías, que podría denominarse “Locomotora Productiva” sigue su declive sinuoso, a espaldas de la opinión pública.
Paralelamente a lo que el país político discutía y que continúa ocupando las primeras planas y titulares de los medios masivos de comunicación, en el plano económico siguen manifestándose señales cada vez más evidentes de un lento deterioro de la actividad productiva e industrial, un retroceso en materia de empleo (Que ha traído como consecuencia un imparable aumento en las cifras de subempleo o empleo informal), un desajuste cada vez mayor en cuenta corriente y los primeros resultados lesivos para el sector exportador producto de los sucesivos TLCs.
El primer trimestre del año deja un saldo en rojo en Industria (-4%), Agricultura (Aumento de las importaciones en este rubro cercanas al 30%), Inversión extranjera (En descenso por la revaluación del peso colombiano frente al dólar) entre las más notorias. A mayo de 2013 según el Departamento Nacional de Estadística Colombiano, DANE, la tasa de desocupación se situaba en dos dígitos (10,2%), cifra que sigue siendo elevada comparada a los índices de desempleo de países de la región.
Sin embargo, lo preocupante del último aspecto mencionada no corre por cuenta del número de parados que la entidad oficial reseña sino por el número de personas incluidas en las estadísticas oficiales como activas laboralmente. Según el Ministerio del Trabajo, en Colombia el 68% de las personas que trabajan en el país lo hacen de manera informal (60% según la CEPAL y 80% de acuerdo a los números dela OIT) cifra que ha venido presentando un paulatino aumento a medida que la Industria ha entrado en retroceso.
Los sucesivos Tratados de Libre Comercio firmados por el presidente Santos han lesionado profundamente el aparato productivo nacional y el cierre de empresas nacionales no se ha hecho esperar: Ciudades como Cali ya empiezan a sentir los efectos de los primeros cierres (como la reciente clausura de la planta de Michelin) y otras como Bucaramanga (Cuyo sector productivo gira en torno a las pequeñas y medianas industrias del calzado en su mayoría) empiezan a percibir como la competencia desleal de calzado procedente de China puede a mediano plazo terminar de quebrarlos. Ni el dumping para frenar las cada vez más numerosas importaciones chinas cercano al 5% parece convertirse en un seguro salvavidas que proteja a la industria local, con una cadena productiva hasta hace poco sólida de la guerra de precios implantada por los importadores de zapatos chinos, muchos de estos negociantes nacionales que en ocasiones no dudan en exigir al fabricante foráneo incluir el patriótico Hecho en Colombia en la etiqueta. Esta actividad productiva, la del calzado ha mantenido a la “ciudad bonita” en los últimos tiempos como la menos desigual y con menores tasas de desempleo en el país.
Y si de Tratados de Libre Comercio se trata basta con analizar la tendencia de la balanza comercial entre Estados Unidos y Colombia desde el momento de firmado el acuerdo a la fecha: Mientras las exportaciones a Estados Unidos entre Mayo de 2012 y Marzo de 2013 decrecieron un 9,4% las importaciones en el mismo periodo aumentaron un 12,7%. El panorama Económico a pesar de los ríos de leche y miel que el gobierno Santos vende de cara al exterior (Reseñado por medios como The Economist) no parece alentador para el sector productivo y el mercado interno nacional, mucho menos en materia de generación de empleo y desarrollo industrial futuro.
Mientras en La Habana Gobierno y FARC hacen una negociación de micrófono abierto, el plano que afecta directamente el progreso, rumbo y futuro económico de las mayorías, que podría denominarse “Locomotora Productiva” según el eufemístico diccionario comunicativo santista sigue su declive sinuoso, a espaldas de la opinión pública.
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