Análisis
Por Jaime Barreneche López
Cuando el avance de las
fuerzas productivas entran en contradicción antagónica con las relaciones de
producción propias de un sistema económico con división clasista, que tiene
además sus propias expresiones en lo político, lo social y lo cultural, se
produce una ruptura violenta con ese sistema que ya no corresponde al
desarrollo histórico de la sociedad y emerge uno nuevo que lo remplaza con sus
propias expresiones políticas, económicas sociales y culturales. Este proceso
tiene un sujeto histórico para el cambio, constituido en cada caso, por los
sectores sociales afectados y
violentadas en sus intereses y derechos vitales por los regímenes y gobiernos
impuestos por ese sistema ya agotado y obsoleto, cuyo cambio es social e
históricamente necesario. No hay reversa. Ese sujeto es lo que llamamos “EL
PUEBLO”, esa fuerza popular que en Colombia, asume la organización y ejecuta
las tareas necesarias para el cambio, utilizando para ello todas las formas de
lucha por la recuperación de los derechos que les pertenecen y les han sido
negados, usurpados o suplantados por los regímenes correspondientes al viejo
sistema que agoniza, en nuestra era EL CAPITALISMO.
Cuando este PUEBLO lucha por
el cambio social, está ejerciendo su SOBERANIA o sea sencillamente su derecho
natural a determinar su destino en condiciones de autonomía e independencia y
construir las bases materiales para una nueva formación social y modo de producción
que le permita continuar su desarrollo en PAZ con JUSTICIA SOCIAL.
En el centro de la
actualidad política de nuestro país, está el dialogo que se realiza en la Habana,
entre el gobierno colombiano y las FARC – EP, con el objeto de lograr un
acuerdo para la solución política del conflicto social y armado que nos afecta.
Este posible acuerdo debe contener necesariamente, el compromiso del Estado
para iniciar una solución real de los problemas que afectan al PUEBLO, y son
causa fundamental de la guerra. Es hacia allá, hacia el objetivo de conseguir
la PAZ con JUSTICIA SOCIAL, a donde debe dirigirse la fuerza del sujeto
histórico de cambio, que hemos mencionado como PUEBLO, el único que puede ser
garante de la continuidad del proceso hacia la paz cuyo punto de partida seria
un acuerdo entre las partes en la Habana, enriquecido y ampliado su contenido
con los aportes y propuestas de todos los sectores de la sociedad colombiana.
El espacio más efectivo para
recoger las propuestas de la base social son las CONTITUYENTES PARA LA PAZ CON
JUSTICIA SOCIAL, que se están efectuando en todo el territorio nacional, con
amplia participación de las organizaciones sociales populares, en ejercicio de
su SOBERANIA.
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