Análisis
Tomado de Kaos en la Red
Por Mario Giraldo Vélez / Magazin Páginas de Nuestramérica
Se trata de buscar un proceso constituyente que sea la materialización del concepto de que la soberanía reside en el pueblo
Para Colombia un sistema político y de poder con base en el poder constituyente primario, reafirmando que el poder constituyente reside en el pueblo quien ejerce sus funciones mediante la Asamblea Constituyente. Esta será de carácter permanente y a niveles municipal, departamental o regional y nacional, lo que abrirá paso y dará forma a la consigna de Poder Popular tradicionalmente sumida en la ambigüedad etérea que la ha hecho, a la vez que un deseo común y permanentemente expresado por los sectores sociales populares, una propuesta inaprensible e impracticable.
Se trata de romper el formalismo y el fetichismo jurídico constitucionalistas según los cuales basta con la expedición de una nueva Constitución para que las realidades sociales cambien; esto es, para que la vida se adecue a la letra de la norma y no ésta a aquella. Buscamos que la Constitución que genere y consolide la paz, sea la interpretación de las nuevas realidades y expresión de las fuerzas sociales históricamente marginadas de los escenarios de la toma de decisiones, de manera que modifique a favor de esas fuerzas sociales populares las actuales relaciones de poder, otorgando a ciudadanas y ciudadanos el papel de gestores de lo público, sujetos de la política y no de simples objetos de la misma y pasivos refrendadores de las decisiones tomadas en su nombre y sustitución.
Se trata de buscar un proceso constituyente que sea la materialización del concepto de que la soberanía reside en el pueblo, para lo cual es necesario superar la interpretación según la cual, la democracia representativa, es un simple mecanismo sustitutivo del constituyente primario. Y se trata de dejar atrás la falaz aplicación de la democracia participativa como sutil mecanismo incorporativo del constituyente primario al estatus quo.
Esa es, en parte, la diferencia que queremos establecer entre el parlamento, las constituyentes de bolsillo generadas por el establecimiento, construidas por los notablatos, y una constituyente que emane desde la iniciativa popular que puede, en aras de la democracia representativa bien entendida, delegar vocerías pero que retiene el poder como pertenencia inmanente e indelegable de los pueblos en su calidad de constituyente primario, dando así forma y contenido a una efectiva democracia participativa.
Es por eso que proponemos una constituyente de carácter permanente y a tres niveles: municipal, Departamental o Regional y nacional como proceso inverso a lo que ha sido la tradición histórica demo-liberal y hoy neoliberal en nuestro país.”
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