Crónica de Baskervilli
En la vía que de Cali conduce hasta el puerto de Buenaventura llegando al sector de Loboguerrero, desde la noche del 3 de marzo, 12 camiones se encuentran atravesados en la carretera, cinco de ellos sin llantas; mientras que en la madrugada del día 4, integrantes de los escuadrones del ESMAD afanosamente buscan a sus dueños para propinarles lo único que les enseñaron sus adiestradores, o sea, salvajes golpizas, sin que nadie de razón de dónde se encuentran.
En ese ir y venir de uniformados blindados un niño tomado de la mano de su padre observa con asombro la escena; pero lo que le obliga a preguntar, es ver los camiones sin dueños atravesados y cinco de ellos sin ruedas. -Papá- dice el pequeño, ¿por qué les quitaron las ruedas a esos carros? El padre que por esos días ha escuchado y visto un sinnúmero de paros, protestas y huelgas por todo el país, de momento no sabe que responder; pero luego instintivamente le dice a su pequeño: esos carros muchacho, se niegan a salir de circulación, parece que el Gobierno va a traer otros más caros y que hablan otro idioma; estos van para el cementerio de autos. El niño en su asombro vuelve a preguntar: ¿y es que los carros hablan? -Si pudieran hablar hijo, contarían al mundo sobre el pésimo estados de las vías en Colombia y sobre el abandono que vive la patria por parte del Estado.
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