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Tomada de ANNCOL
Por Anubis Galardy
Militantes de la Unión Patriótica (UP) preparan el V Congreso de esa agrupación política, que celebrarán este año en fecha aun sin precisar, como expresión de su continuidad, raíces históricas y proyecciones en la sociedad colombiana.
El último tuvo lugar el 11 y 12 de diciembre, en 1999.
Las bases organizativas de ese congreso -en cuya fase gestora participaron representantes de ocho departamentos colombianos- fueron establecidas en una reunión celebrada el fin de semana en la sede del Sindicato de Teléfonos de Bogotá.
Según adelantaron en primicia a Prensa Latina fuentes de la UP, el objetivo central del Congreso es la restructuración social y política de ese movimiento, víctima de un genocidio fraguado desde los años 80 del siglo pasado y que hasta hoy le ha costado la vida a más de 10 mil de sus miembros.
Esta masacre fue tipificada en diciembre último por el Tribunal Superior de Bogotá "como parte de un plan sistemático y centralizado para destruir total o parcialmente a un grupo humano por razones políticas". Paralelamente, abarcó magnicidios, desapariciones, amenazas, torturas, exilios y encarcelamientos.
El propio expresidente Andres Pastrana reconoció en una carta enviada a la magistrada del Consejo de Estado, Susana Buitrago que lo cometido contra la UP fue un genocidio.
El Congreso también exigirá la legalización de la personería jurídica de la UP, "cuyo derecho de petición", elevado bajo esa figura jurídica al Consejo Nacional Electoral, fue rechazado por este en 2002.
El Consejo ni siquiera analizó la situación de guerra y de violencia desatada en esa época no solo contra la dirigencia de la UP y toda su militancia sino también contra los movimientos sindicales, campesinos, juveniles, organizaciones y organizaciones femeninas, dijo a Prensa Latina el dirigente campesino José Kumaco.
La UP continúa denunciando esos crímenes para que sus autores materiales sean castigados y no queden en la impunidad, como ocurrió con el magnicidio del líder Jorge Eliécer Gaitán, expresó Kumaco.
El dirigente campesino indico que a pesar de esta grave situación, la UP permaneció latente durante todos estos años en organizaciones campesinas y defensoras de los derechos humanos y problemática de los desplazados, en gremios sindicales y agrarios.
Nos ha tocado recurrir a diversas tácticas, especificó, porque no nos sentimos representados en el Partido Polo Democrático ni tampoco en los llamados movimientos progresistas.
Luchamos no solo por la restitución de nuestra personería jurídica y el reconocimiento de nuestros derechos sino también por la verdad, la justicia y la reparación, por esa paz con justicia social que requiere Colombia.
Kumaco señaló que aspiran a que la Unión Patriótica sea tenida en cuenta en los diálogos por la paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo que transcurren en La Habana, Cuba.
Como la fuerza insurgente de las FARC-EP, somos partidarios de una reforma agraria democrática e integral, que propugnamos por medio de nuestras organizaciones sindicales y agrarias.
Esa reforma que apoyamos es contraria a una política gubernamental que entrega las tierras más malas a los campesinos, mientras pone las mas productivas en venta a las transnacionales para la explotación de nuestros recursos.
Nos sentimos afines al proyecto político de las FARC-EP para resolver el conflicto armado y social que perdura en el país desde hace casi medio siglo, y que no pudimos materializar por el genocidio perpetrado contra nosotros, a raíz del cual, además fuimos desplazados por la violencia y estigmatizados.
La Unión Patriótica nació en 1984 como resultado de los acuerdos de cese al fuego, tregua y paz entre el gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla insurgente de las FARC-EP.
Tomada de ANNCOL
Por Anubis Galardy
Militantes de la Unión Patriótica (UP) preparan el V Congreso de esa agrupación política, que celebrarán este año en fecha aun sin precisar, como expresión de su continuidad, raíces históricas y proyecciones en la sociedad colombiana.
El último tuvo lugar el 11 y 12 de diciembre, en 1999.
Las bases organizativas de ese congreso -en cuya fase gestora participaron representantes de ocho departamentos colombianos- fueron establecidas en una reunión celebrada el fin de semana en la sede del Sindicato de Teléfonos de Bogotá.
Según adelantaron en primicia a Prensa Latina fuentes de la UP, el objetivo central del Congreso es la restructuración social y política de ese movimiento, víctima de un genocidio fraguado desde los años 80 del siglo pasado y que hasta hoy le ha costado la vida a más de 10 mil de sus miembros.
Esta masacre fue tipificada en diciembre último por el Tribunal Superior de Bogotá "como parte de un plan sistemático y centralizado para destruir total o parcialmente a un grupo humano por razones políticas". Paralelamente, abarcó magnicidios, desapariciones, amenazas, torturas, exilios y encarcelamientos.
El propio expresidente Andres Pastrana reconoció en una carta enviada a la magistrada del Consejo de Estado, Susana Buitrago que lo cometido contra la UP fue un genocidio.
El Congreso también exigirá la legalización de la personería jurídica de la UP, "cuyo derecho de petición", elevado bajo esa figura jurídica al Consejo Nacional Electoral, fue rechazado por este en 2002.
El Consejo ni siquiera analizó la situación de guerra y de violencia desatada en esa época no solo contra la dirigencia de la UP y toda su militancia sino también contra los movimientos sindicales, campesinos, juveniles, organizaciones y organizaciones femeninas, dijo a Prensa Latina el dirigente campesino José Kumaco.
La UP continúa denunciando esos crímenes para que sus autores materiales sean castigados y no queden en la impunidad, como ocurrió con el magnicidio del líder Jorge Eliécer Gaitán, expresó Kumaco.
El dirigente campesino indico que a pesar de esta grave situación, la UP permaneció latente durante todos estos años en organizaciones campesinas y defensoras de los derechos humanos y problemática de los desplazados, en gremios sindicales y agrarios.
Nos ha tocado recurrir a diversas tácticas, especificó, porque no nos sentimos representados en el Partido Polo Democrático ni tampoco en los llamados movimientos progresistas.
Luchamos no solo por la restitución de nuestra personería jurídica y el reconocimiento de nuestros derechos sino también por la verdad, la justicia y la reparación, por esa paz con justicia social que requiere Colombia.
Kumaco señaló que aspiran a que la Unión Patriótica sea tenida en cuenta en los diálogos por la paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo que transcurren en La Habana, Cuba.
Como la fuerza insurgente de las FARC-EP, somos partidarios de una reforma agraria democrática e integral, que propugnamos por medio de nuestras organizaciones sindicales y agrarias.
Esa reforma que apoyamos es contraria a una política gubernamental que entrega las tierras más malas a los campesinos, mientras pone las mas productivas en venta a las transnacionales para la explotación de nuestros recursos.
Nos sentimos afines al proyecto político de las FARC-EP para resolver el conflicto armado y social que perdura en el país desde hace casi medio siglo, y que no pudimos materializar por el genocidio perpetrado contra nosotros, a raíz del cual, además fuimos desplazados por la violencia y estigmatizados.
La Unión Patriótica nació en 1984 como resultado de los acuerdos de cese al fuego, tregua y paz entre el gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla insurgente de las FARC-EP.
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