Opinión
Colombia Soberana
Ha llegado a mis manos el artículo 51 del nuevo código de policía que el gobierno espera que aprueben. Ya era muy preocupante las medidas contra el ruido, la prohibición de capuchas y máscaras en las manifestaciones y otros adefesios que podrían ser inconstitucionales.
Pero esto sería medianamente comprensible en la medida que, por ejemplo, lo de las capuchas podrían haberlo pensado desde el punto de vista de los desordenes. Respetable pero discutible en un país atravesado de norte a sur, de oriente a occidente por gran cantidad de masacres y desapariciones forzadas por el solo echo de hacer uso de sus libertades constitucionales como son la libre agrupación, la libertad de pensamiento, etc.
Esto que ya se clasificaría de estado policial, se convierte en un estado abierta y absolutamente fascista, cuando las leyes van en contra de la cultura. El análisis del artículo 51 de este proyecto me hace llegar a la conclusión que nada más Cien Colombia y demás empresas al servicio de la industria cultural tienen el derecho de divulgar sus productos. Cuestión altamente preocupante para las personas que estudiamos de algún modo este tema, puesto que se refuerza la cultura gringa e imperialista.
Por otro lado, las comunidades que se han dado a la tarea de generar espacios y posibilidades para que los jóvenes realicen y expongan productos audiovisuales se verían afectados, problema agudo, pues estas actividades han contribuido en varias partes del país a solucionar conflictos entre bandas juveniles, alejar los muchachos de la droga y a que se haga un proceso de apropiación de sus derechos y deberes.
Imagen tomada de http://twitpic.com/bclyc2 cortesía de @ingcritica
Colombia Soberana
Ha llegado a mis manos el artículo 51 del nuevo código de policía que el gobierno espera que aprueben. Ya era muy preocupante las medidas contra el ruido, la prohibición de capuchas y máscaras en las manifestaciones y otros adefesios que podrían ser inconstitucionales.
Pero esto sería medianamente comprensible en la medida que, por ejemplo, lo de las capuchas podrían haberlo pensado desde el punto de vista de los desordenes. Respetable pero discutible en un país atravesado de norte a sur, de oriente a occidente por gran cantidad de masacres y desapariciones forzadas por el solo echo de hacer uso de sus libertades constitucionales como son la libre agrupación, la libertad de pensamiento, etc.
Esto que ya se clasificaría de estado policial, se convierte en un estado abierta y absolutamente fascista, cuando las leyes van en contra de la cultura. El análisis del artículo 51 de este proyecto me hace llegar a la conclusión que nada más Cien Colombia y demás empresas al servicio de la industria cultural tienen el derecho de divulgar sus productos. Cuestión altamente preocupante para las personas que estudiamos de algún modo este tema, puesto que se refuerza la cultura gringa e imperialista.
Por otro lado, las comunidades que se han dado a la tarea de generar espacios y posibilidades para que los jóvenes realicen y expongan productos audiovisuales se verían afectados, problema agudo, pues estas actividades han contribuido en varias partes del país a solucionar conflictos entre bandas juveniles, alejar los muchachos de la droga y a que se haga un proceso de apropiación de sus derechos y deberes.
Imagen tomada de http://twitpic.com/bclyc2 cortesía de @ingcritica
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