Opinión
Tomado de Semana
Por Daniel Samper Ospina
Sábado 3 Noviembre 2012
Lo confieso: soy yo quien paga las vallas publicitarias que aparecieron por todo el país promoviendo la reelección del procurador Ordóñez. Puedo decirlo ahora, cuando el resto de la terna está conformada por personas que se habrían podido postular para ingresar a un brasier, porque son de relleno. No engañemos a nadie: la designación de María Mercedes López y del doctor Orlando Gallo parece una mamadera de ídem. Para fortuna de los principios católicos, el presidente Santos regaló la Procuraduría y el triunfo del doctor Ordóñez está garantizado.
Y en buen momento: la verdad es que estaba harto de la descomposición moral que nos carcome; harto de este Estado liberal en que pueden votar las mujeres y hasta los negros. Y Ordóñez demostró que combate la matriz no solo de nuestros problemas, sino de las mujeres: ¿quién mejor que él, entonces, para continuar con su propio 'legrado'? ¿quién mejor que él para seguir pidiendo los nombres y las cédulas de las mujeres que han abortado?
El mundo, señores, está carcomido por la inmoralidad. Miren el caso de la concejala española que recientemente apareció masturbándose en un video casero. Lejos está la Madre Patria de ser aquel país ejemplar gobernado por el general Franco, guía y faro del procurador, quien, dicho sea de paso, habría sido un excelente soldado de la falange franquista. Pero ahora la única falange que se destaca en la península ibérica es la de la concejala, como se puede ver: ¡cuánto le hubiera servido a la dichosa dama observar los comerciales de la Procuraduría que invitan a vivir la sexualidad con responsabilidad y respeto!
No sé si los han visto, pero a mí, al menos, me han servido mucho: gracias a ellos ahora tengo sexo con responsabilidad y respeto, incluso con disciplina y horarios. Al fin mis impuestos se invierten en mi propia educación sexual. Y todo gracias a este procurador valiente, a este procurador arrecho, como dicen en Bucaramanga, que con grandeza nos enseña a comportarnos en la cama. Y en buen momento, pienso yo, porque quien no viva su sexualidad con responsabilidad y respeto puede terminar teniendo un hijo conservador.
Antes de conocer a Ordóñez, confieso que yo era un descreído. Me decían que Dios era omnipresente, pero al único que veía en todas partes era a Luis Carlos Vélez. Había renunciado a mi fe. No creía en nada, ni siquiera en la próstata del presidente. Era, en otras palabras, un apróstata.
Pero hallé a Dios gracias al procurador, y ahora rezo para que sea él quien lidere nuestra reconstrucción. Perseguiremos a los homosexuales, tengan o no sotana; impondremos la pena de muerte a quien aborte, para defender el respeto a la vida; ayudaremos al amigo uribista. E iniciaremos una cruzada de restauración solo comparable a la que hizo la abuela española que refaccionó el fresco de la capilla de Ecce Homo hace algunos meses.
Más fresco puede estar el doctor Ordóñez, que podrá continuar sembrando la rama judicial con recomendados de diversas fuentes y píos funcionarios de la fe. Ya hay varios: la magistrada Cabello y el magistrado Bustos, por ejemplo, que enarbolan la famosa llave Cabello-Bustos, conocida vulgarmente como "pelo en pecho". O el magistrado Pretelt, que combate a los pervertidos de la vida moderna y aduce razones de idoneidad moral para que los homosexuales no adopten hijos. Enhorabuena: la verdadera idoneidad moral es negociar prebendas en las reformas a la justicia, como hicieron algunos togados.
Hermanos: ha nacido un nuevo líder azul, y en el mejor momento. Acompaña a dilectos representantes de las juventudes del Partido Conservador, como Enrique Gómez, cuya cédula de ciudadanía, al igual que la cifra del desempleo, es de un solo dígito. O como el doctor Galat, un dinosaurio tan anticuado que ya se encuentra en estado de petróleo: el otro día tanqueé con él. Ojalá lo refinen para que supere el escándalo de corrupción que ahora lo acecha.
De aquellos líderes, sin embargo, el doctor Ordóñez es el más puro: más, incluso, que Marco Fidel Ramírez, el concejal homofóbico. No permitamos, pues, que los demonios del comunismo propaguen sombras sobre su honradez: ¡que no digan que es clientelista! Para quien lo ignore, el Señor aprueba la compra de congresistas y magistrados si es para el Bien Supremo. Y si, como es de suponer, el procurador arrasa en la elección, ello se debe a que su familia es unida: sirvieron, finalmente, las clases de culinaría que, según chismes de prensa, su señora dictaba en la Procuraduría, y que seguramente incluían módulos sobre cómo cocinar una reelección en el Congreso, con las respectivas instrucciones para repartir de a tajada por puesto.
Salve Dios al procurador para siempre. Que se quede en su cargo de por vida. Quiera la Virgen que, para evitar desgastes, en una próxima ocasión convoquen a María Eugenia Carreño e Ilvia Miriam Hoyos para que integren junto a él no una terna, sino un trío, qué diablos, siempre y cuando lo hagan con responsabilidad y respeto. O que se eviten toda la farsa y reelijan el procurador a dedo. En ese caso podría ayudar la concejala española. Parece que también es una arrecha. Como dicen en Bucaramanga.
El mundo, señores, está carcomido por la inmoralidad. Miren el caso de la concejala española que recientemente apareció masturbándose en un video casero. Lejos está la Madre Patria de ser aquel país ejemplar gobernado por el general Franco, guía y faro del procurador, quien, dicho sea de paso, habría sido un excelente soldado de la falange franquista. Pero ahora la única falange que se destaca en la península ibérica es la de la concejala, como se puede ver: ¡cuánto le hubiera servido a la dichosa dama observar los comerciales de la Procuraduría que invitan a vivir la sexualidad con responsabilidad y respeto!
No sé si los han visto, pero a mí, al menos, me han servido mucho: gracias a ellos ahora tengo sexo con responsabilidad y respeto, incluso con disciplina y horarios. Al fin mis impuestos se invierten en mi propia educación sexual. Y todo gracias a este procurador valiente, a este procurador arrecho, como dicen en Bucaramanga, que con grandeza nos enseña a comportarnos en la cama. Y en buen momento, pienso yo, porque quien no viva su sexualidad con responsabilidad y respeto puede terminar teniendo un hijo conservador.
Antes de conocer a Ordóñez, confieso que yo era un descreído. Me decían que Dios era omnipresente, pero al único que veía en todas partes era a Luis Carlos Vélez. Había renunciado a mi fe. No creía en nada, ni siquiera en la próstata del presidente. Era, en otras palabras, un apróstata.
Pero hallé a Dios gracias al procurador, y ahora rezo para que sea él quien lidere nuestra reconstrucción. Perseguiremos a los homosexuales, tengan o no sotana; impondremos la pena de muerte a quien aborte, para defender el respeto a la vida; ayudaremos al amigo uribista. E iniciaremos una cruzada de restauración solo comparable a la que hizo la abuela española que refaccionó el fresco de la capilla de Ecce Homo hace algunos meses.
Más fresco puede estar el doctor Ordóñez, que podrá continuar sembrando la rama judicial con recomendados de diversas fuentes y píos funcionarios de la fe. Ya hay varios: la magistrada Cabello y el magistrado Bustos, por ejemplo, que enarbolan la famosa llave Cabello-Bustos, conocida vulgarmente como "pelo en pecho". O el magistrado Pretelt, que combate a los pervertidos de la vida moderna y aduce razones de idoneidad moral para que los homosexuales no adopten hijos. Enhorabuena: la verdadera idoneidad moral es negociar prebendas en las reformas a la justicia, como hicieron algunos togados.
Hermanos: ha nacido un nuevo líder azul, y en el mejor momento. Acompaña a dilectos representantes de las juventudes del Partido Conservador, como Enrique Gómez, cuya cédula de ciudadanía, al igual que la cifra del desempleo, es de un solo dígito. O como el doctor Galat, un dinosaurio tan anticuado que ya se encuentra en estado de petróleo: el otro día tanqueé con él. Ojalá lo refinen para que supere el escándalo de corrupción que ahora lo acecha.
De aquellos líderes, sin embargo, el doctor Ordóñez es el más puro: más, incluso, que Marco Fidel Ramírez, el concejal homofóbico. No permitamos, pues, que los demonios del comunismo propaguen sombras sobre su honradez: ¡que no digan que es clientelista! Para quien lo ignore, el Señor aprueba la compra de congresistas y magistrados si es para el Bien Supremo. Y si, como es de suponer, el procurador arrasa en la elección, ello se debe a que su familia es unida: sirvieron, finalmente, las clases de culinaría que, según chismes de prensa, su señora dictaba en la Procuraduría, y que seguramente incluían módulos sobre cómo cocinar una reelección en el Congreso, con las respectivas instrucciones para repartir de a tajada por puesto.
Salve Dios al procurador para siempre. Que se quede en su cargo de por vida. Quiera la Virgen que, para evitar desgastes, en una próxima ocasión convoquen a María Eugenia Carreño e Ilvia Miriam Hoyos para que integren junto a él no una terna, sino un trío, qué diablos, siempre y cuando lo hagan con responsabilidad y respeto. O que se eviten toda la farsa y reelijan el procurador a dedo. En ese caso podría ayudar la concejala española. Parece que también es una arrecha. Como dicen en Bucaramanga.
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