AnƔlisis
Tomado de ANNCOL
Escrito por Eduardo Sarmiento Palacio
La economĆa decae rĆ”pidamente y las autoridades no actĆŗan. El desempleo estĆ” aumentando con rapidez.
La causa de la caĆda de la economĆa no ha sido solo el contagio externo, sino la ruptura de la burbuja, que obedece a muchos otros efectos. A la crisis mundial se le agregaron el TLC, el agravamiento de la revaluaciĆ³n y la baja de los aranceles para provocar una ampliaciĆ³n del dĆ©ficit en cuenta corriente. Al mismo tiempo, el desmedro de las carteras bancarias y las expectativas internas y externas de menor actividad productiva precipitaron a las instituciones financieras a recortar el crĆ©dito. Ambos factores confluyeron en una contracciĆ³n de demanda efectiva que desinflĆ³ la burbuja y se llevĆ³ por delante la actividad productiva y el empleo.
El primer golpe recayĆ³ en la industria, que registrĆ³ durante cuatro meses Ćndices negativos con visos de empeorar. El deterioro del sector evoluciona mĆ”s rĆ”pidamente que en la mayorĆa de los paĆses de la regiĆ³n, se traslada al comercio, la construcciĆ³n y los servicios, y lo sigue de cerca el empleo.
El empleo, que venĆa creciendo en 2011 a un ritmo de mĆ”s de 5%, descendiĆ³ a 4,5% en el primer trimestre, a 3,5% en el segundo y en septiembre esta cerca de 1%. AsĆ, en los Ćŗltimos meses la fuerza de trabajo dejĆ³ de avanzar por encima de la poblaciĆ³n y el desempleo entrĆ³ en un estado de aumento persistente. En el solo mes de septiembre se perdieron 600 mil puestos de trabajo.
Las perspectivas del Gobierno, que presentĆ³ el empleo como su principal objetivo de polĆtica, se han incumplido en forma notable. En los discursos de celebraciĆ³n de los dos aƱos de la administraciĆ³n, el presidente proclamĆ³ que durante ese perĆodo se crearon 2 millones de empleos. Pero si se comparan las cifras de septiembre de 2012 con las de septiembre de 2010 se encuentra que en los dos aƱos apenas se generaron un millĆ³n de empleos. Parte de los puestos de trabajo observados al principio de la administraciĆ³n se perdiĆ³ en unos pocos meses.
Lo mĆ”s grave es que el aumento del empleo se ha realizado en la informalidad. La ley de formalizaciĆ³n de mano de obra y de primer empleo, uno de los principales proyectos aprobados en el Congreso a principios de la administraciĆ³n, ha sido un estruendoso fracaso. Las empresas que se registraron para la disminuciĆ³n de los parafiscales y los beneficios tributarios apenas contribuyeron a crear 30 mil empleos en el primer aƱo, cuando la proyecciĆ³n era de 350 mil para cuatro aƱos.
El desempleo es sin duda la principal causa y manifestaciĆ³n del modelo del Consenso de Washington en Colombia. Parte de la explicaciĆ³n estĆ” en que las autoridades econĆ³micas nunca entendieron su origen. Siempre dieron por hecho que se trataba de un problema de rigideces que se corregĆa reprimiendo los costos laborales. Los hechos se han encargado de demostrar que el desempleo es una dolencia estructural que proviene de un perfil productivo deformado por el mercado. Les da prioridad a los sectores de baja generaciĆ³n empleo y productividad, como la minerĆa y los servicios, a cambio de abaratar las importaciones industriales y agrĆcolas, y se mantiene en pie con la explosiĆ³n del crĆ©dito, el alza de los precios de los activos y la revaluaciĆ³n, que no son sostenibles.
La soluciĆ³n no puede ser distinta a erradicar la burbuja. Hay que limitar la inversiĆ³n extranjera, cambiar la orientaciĆ³n macroeconĆ³mica e intervenir los mercados para impulsar la industria, la agricultura y la formalizaciĆ³n de la mano de obra.
· Eduardo Sarmiento Palacio | Elespectador.com
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