Varias cosas se destacan de la rueda de prensa en Oslo
que da inicio a los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y
la histórica guerrilla de las FARC-EP.
Lo primero es el ambiente que se sentía en aquel
recinto. Presidido por el orden y buena disposición del gobierno Noruego y por el
apoyo del gobierno Cubano, se notaba poca tención, todos se veían tranquilos y
sin stress.
Lo segundo fueron los discursos. El de la delegación
del gobierno encabezada por el ex vicepresidente Humberto de la Calle, comienza
agradeciendo y dando un vistazo a lo que ha sido el proceso de diálogo durante
este tiempo. Luego continúa hablando (sin
cifra alguna) del país, algo un poco irreal, tal vez hablando de otra
nación o de una dimensión paralela.
Continúa el vocero de la guerrilla quien lee un
comunicado de las FARC-EP en el cual se hace,
con cifras en mano, un esbozo de la realidad económica, social y política
nacional. Habla del territorio, de las multinacionales, hace serias críticas a
la ley de restitución de tierras desenmascarando su verdadera finalidad.
También se pidió la presencia de Simón Trinidad. En medio
de esto, Marcos Calarcá se levantó de su silla, puso el nombre de Simón
Trinidad y se sentó detrás de Márquez, en un claro gesto de reiteración de
querer al guerrillero encarcelado en Estados Unidos en la mesa de negociación.
Ya en la rueda de prensa, De la Calle y todos los de
la delegación estatal, se vieron molestos e incómodos, hasta el punto de no
admitir o no contestar a algunas preguntas, como la hecha a Mora Rangel, a la que el ex vicepresidente contestó, de forma
un poco grosera, “yo soy el vocero de la mesa”.
En este momento, además de dar respuestas rápidas,
escuetas y a veces sin sentido, Humberto de la Calle exigió que las FARC le
den la cara a las víctimas. Otro error si miramos la cantidad de víctimas del
terrorismo de estado, cuestión que las FARC ya había tratado en el discurso
inicial y que retomaron en la rueda de prensa.
El turno de las FARC para responder a los medios de
comunicación fue distinto. Hablaron todos los integrantes de la mesa en un
ambiente y un tono menos conflictivo, incluso se podía decir que festivo y
alegre. Aceptaron las preguntas de todos los medios de comunicación, explicaron
largamente sus opiniones, reiteraron temas como el de las víctimas, respondieron a las acusaciones
de la comisión gubernamental de manera franca y precisa y dejaron en claro que
los puntos de la agenda estaban ligados a los problemas de territorio y
explotación minero energética.
Seguirá el proceso el 5 de noviembre en Cuba. Miraremos pues, cómo van las cosas ¿El
gobierno aterrizará en su lectura de la realidad?
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Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.