El día de hoy Rebelión (www.rebelion.org) sorprende con un maravilloso artículo publicado en el año 1987 en la Revista de la Universidad Nacional escrito por Eric Hobsbawn, en el cual describe a Colombia como un extraordinario país pero, lamentablemente, solo reconocido por Gabriel García Márquez , el tráfico de droga y el homicidio.
En este escrito también se refiere al olvido del estado, a la realidad económica, a La Violencia (1946-1966), a la oligarquía bipartidista, el Bogotazo, el desplazamiento, los altos índices de urbanización, la continua expansión del movimiento guerrillero, el asesinato de la UP y demás líderes de izquierda, entre otros temas importantes.
Pero, pensando en el actual proceso de diálogo con la guerrilla, vendría bien leer este artículo y preguntarnos: ¿Algo ha cambiado en Colombia estos años? al darle lectura cuidadosa, exceptuando una que otra cifra y dejando atrás los nombres propios, me sentí leyendo un artículo de opinión escrito hace unos minutos, o a lo sumo días. también despierta un tanto de tristeza pensar que mi respuesta a la anterior pregunta es que sí, algo ha cambiado, ha empeorado. La misma oligarquía, los nuevos ricos, las mafias que tuvieron y tienen una cuota de poder, los "empresarios" y demás potentados tienen los mismos miedos y acuden a los viejos remedios, así como dice el artículo en cuestión:
"¿A qué se debe, entonces, el nerviosismo de la derecha? Quizás a la desintegración del sistema partidista y del estado (con excepción del ejército), que ha trasladado nuevamente el centro de gravedad de la capital a la provincia, donde diferentes situaciones locales de tensión no lucen más halagüeñas por estar en calma la situación nacional; y porque quienes actualmente se sienten amenazados no son tanto las antiguas familias oligarcas, que han enfrentado peores retos sin perder la calma, sino los terratenientes medianos, los empresarios, y los políticos en ascenso. Estas personas se sienten abandonadas mientras que la guerrilla, combatiendo o no, permanece armada en las zonas rurales, en tanto que ellos cruzan los semáforos en rojo, encerrados en sus automóviles, en las desiertas calles nocturnas de Bogotá o de Cali, por temor a ser asesinados si se detienen. Los presidentes de la Cámara de Comercio, de los clubes Kiwanis y de Leones, y la Asociación de Contadores (para citar algunos de quienes firmaron un amargo manifiesto en contra de las FARC en un departamento aledaño); para ellos, los únicos subversivos o antisociales buenos son los muertos, y en Colombia hay muchísimos hombres, e incluso algunas mujeres, dispuestos a matar si el precio es correcto."
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